Dos empresas reclaman la paternidad de Ozú, un buscador de Internet

Imagínese que un buen día se despierta y, como de costumbre, va a la cocina para tomar el desayuno. Imagínese, ¡horror!, que se encuentra a su familia conversando con un desconocido e indeseado clon suyo ¡Incluso se bebe el café que tanto le gusta! Ésto, que podría parecer una pesadilla, es, más o menos, el sentimiento que tienen dos empresas que reclaman la paternidad de Ozú, uno de los motores de búsqueda en Internet más populares de España.

Los buscadores son herramientas informáticas que permiten localizar dentro del vasto universo de Internet la dirección de las páginas que albergan la información deseada. Estos grandes índices virtuales son imprescindibles para cualquier navegante. Además, son un excelente soporte publicitario y su explotación comienza a ser negocio.En la Red existen actualmente dos ozús, uno que opera bajo la extensión o dominio com (que significa compañía y que se registra en EE UU fácilmente) y otro bajo la extensión o dominio es (que significa España y que se obtiene en nuestro país). Parecen iguales, pero tras esa similitud se esconde una batalla de acusaciones y de acuerdos verbales rotos.

Ozú es un buscador que nació cuando cinco jóvenes -dos de ellos vivían en EE UU y eran socios al 50% de Admazing, una empresa dedicada al diseño de páginas web- ven las tremendas posibilidades de un negocio que en España aún estaba en panales: la gran Telaraña Mundial.

En 1996, Admazing decide que sería bueno tener una filial en España, y se crea Advernet, de la que se encargan los otros tres jóvenes. Así empiezan a trabajar conjuntamente en un motor de búsqueda dedicado a información española.

"En el verano de 1996, uno de los socios de Admazing, Enrique Aguilera, nos deja perplejos. Después de varios meses de colaboración dice que Ozú es suyo y nos ofrece el 30% a los cuatro que habíamos trabajado en el proyecto", dice Fernando Llamas, administrador único de Advernet (empresa propietaria de Ozú.es).

Según la Oficina Española de Patentes y Marcas, el nombre del buscador está registrado a nombre de Advernet (Ozú.es). Fernando Llamas asegura que Admazing y, concretamente, Aguilera, sólo se han ocupado de la parte técnica y ellos han puesto el dinero y las ideas.

"Cuando Aguilera nos quitó el acceso al buscador decidimos que debíamos seguir adelante y utilizar lo que considerábamos que nos pertenecía de Ozú". Para ello, en febrero de 1997, nace ozu.es.

Pero Aguilera, que tras la ruptura con Adinazing creó una empresa llamada Ozucom (que gestiona Ozú.com), asegura que él creó y desarrollo Ozú. "Las personas que trabajaban en Advernet sólo eran comerciales, y además, a mí no me gustaba cómo llevaban el temá".

Todos quieren ser el padre de la criatura, y la verdad es que al final lo que han tenido son gemelos, porque cualquier usuario de la red que teclee las direcciones de ambos buscadores:www.o zu.es y www.ozu.com, verá que aparentemente son iguales.

El delirio de la refriega llegó el pasado viernes en una rueda de prensa convocada por los responsables de Ozú.com para defender que Ozú.es es tan sólo un plagio.

Dos de los propietarios de Ozú.es se presentaron en el lugar donde fueron convocados los periodistas y repartieron un mensaje que el abogado de Ozú.com había enviado por error a su empresa (hasta ahí ha llegado la confusión). Llamas dijo:"Me alegro de que digas que has contratado los servicios de los mejores abogados en temas relacionados con Internet, porque el 7 de mayo estos abogados en vez de enviaros a vosotros un mensaje nos lo hizo llegar a nosotros".

Entonces Llamas, responsable de Ozú.es, comenzó a leer el mensaje: "... para plantear una demanda de competencia desleal habría que tener alguna prueba más sólida. Hoy por hoy las pruebas de titularidad parecen más favorables a Advernet que a tí..." (por Enrique Aguilera).

Aguilera, por su parte, sigue insistiendo en que Ozú siempre ha sido suyo y que incluso Ozú.es les ha robado sus bases de datos. "Nos han copiado todo, hasta el logo".

Los dos ozús están en la Red y la resolución del caso corresponderá a los tribunales, que tendrán que enfrentarse a un conflicto que surge de uno de los milagros de final de siglo: Internet.