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El jurado declara culpáble al ultraderechista McVeigh, culpable de la matanza de Oklahoma

Una "silenciosa explosión de alivio". Así escribió Dan Demoss la reacción del público presente en la sala del tribunal de Denver (Colorado) cuando el jurado compareció ayer para declarar, tras más de tres días (le deliberaciones, a Timothy McVeigh culpable del atentado con explosivos que el 19 de abril de 1995 reventó un edifício gubernamental de la ciudad de klahoma. Demoss es un superviviente de aquella acción terrorista, la más sangrienta en la historia de EE UU, en la que perdieron la vida 168 personas y otras 700 resultaron heridas. Al cuarto día de deliberaciones, el jurado decidió que McVeigh, un veterano de la guerra del Golfo de ideas ultraderechistas, fue el autor del atentado.

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McVeigh, de 29 años de edad, escuchó impasible y con los dedos entrelazados la decisión. Mañana, miércoles, los siete hombres y cinco mujeres del jurado volverán a sentarse en el tribunal de Denver para escuchar la petición fiscal de pena de muerte para McVeigh y los argumentos de la defensa en contra de esa sanción.El jurado aceptó la tesis de la acusación según la cual McVeigh quería vengar el asalto del FBI contra el reducto en Waco de la secta armada de los davidianos, en 1993. McVeigh, miembro de la Asociación Nacional del Rifle y vinculado con las milicias ultraderechistas de Michigan, pensaba que su acción terrorista desencadenaría "la segunda revolución norteamericana", esta vez contra el Gobierno federal.

En la noche del domingo, William Pierce, autor de The Turner's Diaries, uno de los libros de cabecera del movimiento de las milicias, negó en la CNN cualquier vinculación con la acción de McVeigh. Pero es cierto que, como se demostró en el juicio, el terrorista había leído ese libro, escrito hace dos décadas, que describe un atentado similar al de Oklahoma.

Odio al Gobierno

El atentado ficticio de The Turs Diaries es contra el cuartel era] del FBI en Washing, pero a la misma hora, con mismo tipo de explosivos y los mismos motivos ideológos que el de Oklahoma. "Es error decir que el pueblo odia al Gobierno o coloca bombas en edificios del Gobierno porque ha leído mi políticamente incorrecta novela", dijo Pierce. "Mucha gente", añadió, "odia al Gobierno por que cree que no está autorizado a masacrar a sus propios ciudanos como hizo en Waco".

La tardanza del jurado en adoptar una decisión comenzaba ayer a inquietar a los norte americanos, convencidos en su mayoría de la culpabilidad de McVeigh. Los supervivientes y los familiares y amigos de las víctimas del atentado expresa ban esa inquietud celebrando servicios religiosos en iglesias metodistas, baptistas y católicas de Denver para pedir a Dios un "veredicto justo".

Como describió Dan Demoss, la tensión estalló silenciosamente cuando el jurado reapareció a primeras horas de la tarde de ayer, comienzo de la noche en España, para anunciar que consideraba a McVeigh culpable "más allá de cualquier duda razonable" de todas las acusaciones: conspiración para el uso de armas de destrucción masiva, uso de esas armas con resultado de muerte, destrucción de un edificio público y asesinato de funcionarios.

Todos los medios de comunicación audiovisuales norteamericanos interrumpieron sus emisiones para facilitar la noticia. De la expectación que había despertado la decisión de las doce personas reunidas a puerta cerrada en Denver dio prueba el que la Bolsa de Nueva York suspendiera temporalmente sus sesiones para conocerla en directo.

"Este es un día largamente esperado", manifestó el presidente Bill Clinton al enterarse de la noticia. "Se me ha quitado una tonelada de peso de encima de los hombros", declaró en Oklahorna Dan McCain, que perdió a su mujer y una hija pequeña en el atentado. "Ahora quiero que a ese tipo lo ejecuten lo antes posible", añadió. "¿Por venganza?", le preguntó a McCain un reportero. "Sí, por venganza".

La defensa de McVeigh proclamó la inocencia del acusado y aludió a una conspiración del FBI, con la correspondiente fabricación de pruebas, contra él. Según la defensa, el verdadero terrorista murió en la explosión.

La investigación del atentado y el juicio de McVeigh ya le han costado a los contribuyentes norteamericanos 50 millones de dólares (más de 7.000 millones de pesetas), pero el caso aún no está terminado. Terry Nichols, el compinche de McVeigh, todavía debe ser juzgado, y, sobre todo, queda por decidir la suerte del ex veterano de la guerra del Golfo que quería derribar al Gobierno de Washington.

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