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ELECCIONES LEGISLATIVAS FRANCESAS

Los socialistas reinterpretarán Maastricht

El programa del Partido Socialista (PS), elaborado con Los Verdes y los Radicales de Izquierda, ha sido objeto de una crítica constante en la campaña. La promesa de crear 700.000 puestos de trabajo para los jóvenes y de reducir la semana laboral a 35 horas ha sido descalificada por la derecha. Lionel Jospin se ha apresurado a matizar la promesa: "Tenemos cinco años por delante y quieroque nuestra acción se extienda en el tiempo". El PS ha reiterado que respeta el Tratado de Maastricht y los compromisos contraídos, pero subraya también que quiere reinterpretarlo y hacerlo menos rigorista.

"Respecto a las 35 horas, se trata de una medida que no puede aplicarse de inmediato y por decreto. Los agentes sociales tienen que negociar. El poder adquisitivo de los salarios tiene que ser restablecido, pero se hará progresivamente", ha dicho Jospin. Un portavoz del PS admite que cuentan con "una coyuntura internacional favorable, que puede dar un tirón de nuestra economía" y anticipa: "Tenemos intención de enviar un mensaje claro desde el primer momento y de hacerlo en materia de empleo".La amplia victoria de los socialistas y sus aliados les ponen al abrigo de hipotéticas exigencias antieuropeas de los comunistas. "Respetaremos el Tratado de Maastricht y los compromisos adquiridos explican en la sede del PS. Eso no significa que no se pida 11 una interpretación" del mismo. En ese sentido, la caución que puede aportar Jacques Delors es fundamental y el anterior presidente de la Comisión Europea ya ha declarado que "el Tratado no es una cuestión de decimales sino de tendencias", manera de defender tanto la presencia italiana y española desde un primer momento como de no aceptar el rlgorismo estricto del 3% de déficit del presupuesto respecto al PIB.

La inminente conferencia intergubernamental de Amsterdam. es uno de los hitos a partir de los cuales se podrá juzgar el europeismo del nuevo Gobierno. Elisabeth Guigou, antigua ministra socialista para Asuntos Europeos, ha dicho que "el día 2 de junio nos definiremos al respecto" y ha dado a entender que, después de discutirlo con el primer británico, Tony Blair, y con los socialistas portugueses, propondrán un aplazamiento o prolongación del calendario previsto dado que "los acuerdos a los que se ha llegado hasta ahora son insignificantes y sintomáticos de la paralización en la que ha entrado la UE".

Una de las novedades que puede comportar el Ejecutivo quizás pase por la incorporación de los ecologistas. Dominique Voynet, su líder, se ha felicitado del "éxito de la alianza rosa, roja y verde" y se ha declarado favorable a la participación de Los Verdes en las responsabilidades de la gestión.

Jospin querrá también marcar el tono enseguida en materia de "independencia de la justicia, de imparcialidad del Estado y de acumulación de mandatos". En el PS ya saben que se acabó lo de ser alcalde de una gran ciudad, consejero regional y ministro, que habrá control sobre los coches oficiales y los viajes en avión, que "la victoria ha de ser modesta".La cuestión de la cohabitación también ha sido evocada en diversas oportunidades y los socialistas defienden que "ésta será muy distinta de las vividas en época de François Mitterrand. De entrada porque ahora deberá durar cinco años en vez de dos y también porque es Jacques Chirac quien ha disuelto la Asamblea Nacional antes de hora. Las competencias del anterior Gobierno y las del presidente tienen que estar delimitadas de manera más clara".

En el PS contaban con tener un año mas para poder afinar más tranquilamente su programa. "Hace un mes, ninguno de nosotros creía en la victoria", confiesa uno de los barones del partido."Esto nos obligará a inventarnos ciertas cuestiones en lo que a la forma de gobernar se refiere".

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EL El Partido Socialista mantiene sus reticencias a las privatizaciones, aunque las admite parciales y, sobre todo, en sectores que no se considera que deban permanecer en el sector público. El caso de Renault puede provocar contradicciones, pues Jospin quiere que se revoque el cierre de la fábrica de Vilevoorde por el valor simbólico que ha adquirido dentro de la lucha por la llamada Europa social.

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