"Se nos rompió el preservativo"

"Se nos ha roto el preservativo". Esta frase, a veces cierta y otras una excusa para encubrir que no se han empleado métodos anticonceptivos,se escucha a diario en los servicios de planificación familiar y sexualidad para menores de 25 años. Después, los jóvenes reclaman un tratamiento poscoital: la píldora del día siguiente (una dosis de hormonas que, administradas bajo atención médica en las 72 horas después del coito, evitan un posible embarazo). En el Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad que la Federación Española de Planificación Familiar regenta en San Vicente Ferrer, 86 (531 03 00), la consulta principal es, desde 1995, el tratamiento poscoital. También Juan Madrid, director del programa No te cortes del Ayuntamiento de Madrid, explica que los jóvenes acuden por asuntos anticonceptivos y por las pastillas del día siguiente.

"La fuerte demanda de atención poscoital tiene su aspecto positivo: los jóvenes conocen una atención de emergencia que evita embarazos", afirma Madrid. "Pero también denota que, aunque tengan información, les falta educación sexual. No cabe pensar que usen la medicación poscoital como anticonceptivo, porque a nadie le gusta pegarse sustos. Sólo facilitamos la pastilla, no la receta", concluye. Esta atención es también muy solicitada en los siguiente centros: Parla, Alcobendas, Coslada, San Agustín de Guadalix, San Fernando, San Sebastián, San Martín de la Vega, Torrejón y Valdemoro. Sus responsables coinciden en que los embarazos y abortos de adolescentes han descendido. Y desean reducir los dos años que pasan desde que los jóvenes inician los coitos (un estudio de 1993 mostraba que el 39% de los menores de 20 años tuvo ese tipo de relación) hasta que van a un centro.