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Un servicio básico sometido a la inestabilidad de la subvención

Los servicios específicos de planificación familiar y sexualidad para jóvenes nacieron en Madrid al comienzo de esta década. La confidencialidad, la inmediatez en la atención y la escucha prolongada, sin sermones moralizantes, son sus claves.El problema, según Isabel Serrano, portavoz de la Federación de Planificación Familiar de España, es que la mayoría de estos servicios depende de subvenciones públicas y, por ello, padecen de inestabilidad. Eso lo saben bien en la federación. Su Centro Joven, el único especializado de la capital, ha sufrido los vaivenes presupuestarios derivados de depender de la subvención del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. En 1992, el ministerio les destinó 25 millones; en 1993, 15; en 1996, 10 (más 2,5 de la Comunidad), y este año, 12.

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De una plantilla de ocho trabajadores han pasado a otra de cuatro: un psicólogo y un trabajador social a jornada completa y una ginecóloga y un administrativo a media jornada. En enero y febrero el centro sobrevivió bajo mínimos. "La demanda de los jóvenes va en aumento, pero los recursos no se ven incrementados, sino que se mantienen con altibajos", añade. "Existen modelos mejores, como el andaluz, donde estos servicios están incluidos en la red sanitaria pública", concluye Serrano.

En el Centro Joven el número de consultas se ha triplicado, pasando de 3.105 a 9.776. En el programa del consistorio, si en 1995 se atendió a 1.335 adolescentes, en 1996 se abrieron 3.147 historias nuevas y otros 2.247 jóvenes pasaron revisión.

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