EE UU quiere una ampliación limitada para reforzar la Alianza Atlántica
Bajo el impulso del histórico acuerdo firmado el artes en París con Rusia, la Alianza Atlántica abrió ayer en Sintra (Portugal) el debate sobre la ampliación y la reforma interna de la OTAN. El optimismo general por el vigor político de la Alianza, puesto de manifiesto por su secretario general, Javier Solana, durante la apertura de la doble Jornada de discusiones, contrastó con las divergencias de criterio tanto sobre la ampliación de la Alianza como sobre su reforma interna. La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, dejó claro que quiere una ampliación limitada que refuerce y no debilite a la Alianza.Con el estilo directo y contundente que le caracteriza, Albright señaló que la Alianza no es un "fondo de becas", es decir que a la OTAN se llega con los deberes hechos. Los ministros de Asuntos Exteriores aliados, en su última reunión antes de la cumbre de Madrid, comprobaron que aún queda mucho trabajo por hacer antes de alcanzar el consenso sobre los países que pueden ingresar en la Alianza y cuál debe ser la nueva estructura militar de la TAN, incluida la tan aireada Identidad Europea de Defensa, de a que Francia se ha convertido en el principal adalid.
La pretensión de los países mediterráneos, con París a la cabeza, e incluir a Rumania en esta ampliación parece chocar con la oposición no sólo de Estados Unidos, sino también con la de países tan significativos como el Reino Unido, Alemania y Holanda. Polonia, Hungría y la República Checa siguen siendo los únicos países cuyo ingreso concita el consenso de los 16 miembros, mientras la candidatura de Eslovenia no plantea problemas.
Pero si hay dificultades para la ampliación a cinco, las diferencias se acentúan aún más sobre la reforma interna, es decir, la nueva estructura militar que deberá adoptar la Alianza. A pesar de estas diferencias, el ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, dejó claro que España espera que la cumbre de Madrid del próximo mes de julio sea no sólo la de la ampliación, sino también la de la reforma.
La pretensión española es conseguir un mando subregional que abarque todo el territorio español, incluidas las islas Canarias, que sea conjunto (de los tres ejércitos) y combinado (multinacional); la supresión del mando de Gibraltar y la atribución del control del estrecho y sus accesos al submando español, así como una presencia significativa de militares españoles en la cadena de mandos aliados.
El nombramiento de Carlos Westendorp, ex ministro de Asuntos Exteriores, como Alto representante Internacional para Bosnia, recibió de nuevo el veto italiano. Su candidatura contaba ayer tarde con el pleno respaldo del resto de la Alianza, pero Italia no oculta un cierto resentimiento por la numerosa presencia de españoles en altos cargos internacionales.
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