Séguin-Madelin, el equipo ideal

¿Quién será el primer ministro si la derecha salva su mayoría? Por si las señales sirven para algo, la Coalición Presidencial (sin duda inspirada desde el Elíseo) lanzó ayer una muy clara, improvisando a toda prisa un gran mitin para hoy con dos figuras estelares: Philippe Séguin y Alain Madelin.Ambos mantienen buenas relaciones personales, pese a sus diferencias ideológicas, y, componen un tándem que podría parecer perfecto. Séguin, el peso pesado de la política, de fuerte sensibilidad social, como primer ministro; Madelin, el ultraliberal que militó en su juventud en la extrema derecha, como ministro de Finanzas, puesto que ya ocupó anteriormente entre mayo y agosto de 1995, y fue cesado por calificar de "mimados" a los funcionarios. Es un hombre en quien confían los mercados financieros.

Séguin nacido en Túnez el 21 de abril de 1943, es el anti-Juppé. Rival del primer ministro saliente desde que se conocieron, en 1979, y "gaullista de izquierdas", el hombre que hasta abril presidió la Asamblea Nacional fue ministro de Asuntos Sociales durante la primera cohabitación (1986-1988) y logró ganarse el respeto de los socialistas y los sindicatos. Colérico, fumador empedernido, políticamente incorrecto, azote de tecnócratas y raramente disciplinado, consigue hacer olvidar que él, como Chirac, Juppé y los demás, también se formó en la Escuela Nacional de Administración (ENA).

Su liderazgo de la campaña por el no a Maastricht antes del referéndum de 1992 le alejó del poder, pero le proporcionó notoriedad Y prestigio. últimamente se ha aproximado a posiciones más europeístas y liberales.

Chirac le admira y en 1995 pidió su ayuda para ganar las elecciones presidenciales. Pero también le teme. Si es nombrado primer ministro, Séguin no será, como Juppé, un colaborador fiel y obediente. Philippe Séguin es su propio jefe y, en ese sentido, al presidente no le será mucho más fácil cohabitar con él que con el líder socialista Lionel Jospin.