"Cada vez aguanto peor la violencia", dice el director
Ricardo Franco cambió la idea original de La buena estrella debido a su aversión creciente por la violencia. El director y coguionista de la película recibió el encargo del productor, Pedro Costa, una vez que éste y Juanma Bajo Ulloa, que iba a dirigirla, rompieron. El filme narra la compleja situación de una pareja heterosexual en la que él está castrado, y cómo ambos forman un trío con otro hombre. "A mí la historia tal como estaba planteada en un principio no me gustaba mucho", cuenta Ricardo Franco, "porque originalmente trataba más que sobre la bondad sobre la maldad. Los personajes se sometían unos a otros a toda clase de humillaciones y por mi estado de ánimo no me apetecía contar algo así".En el momento del encargo, Franco acababa de visitar al oculista, que le diagnosticó visión dificultosa con posibilidades de ceguera. Tras su sexta operación de la vista, el cineasta pudo realizar el trabajo, pero ese grave problema había precipitado un giro radical en el guión, que pasó a convertirse, recuerda el director, "en la historia de un trío de gente que se quiere mucho, aunque no esté enamorada con una pasión juvenil sino con la actitud de las personas que han abandonado sus esperanzas de encontrar a alguien y cuando éste llega lo saben valorar".
Triángulo amoroso
Ricardo Franco insiste en que se encuentra "muy mayor" como para enfrentarse a tareas que por su contenido aborrece. "Cuando era pequeño e iba al cine con mi abuela Lola" recuerda, "ella se tapaba los ojos en los momentos de violencia. A mí me pasa lo mismo, cada vez aguanto peor la violencia, cada vez la entiendo menos Por eso soy militante de Amnistía Internacional con una fe que nunca había tenido en nada. Con esto no quiero de cir que no se deban investigar sus causas, pero en la historia de La buena estrella me llamaron más la atención otras cosas que he tratado de desarrollar, por ejemplo el que se produjera un triángulo amoroso en un medio cultural y social improbable, Parece más verosímil entre poetas o escritores, pero no tanto entre una huérfana que ha vivido en la calle en su relación con un carnicero y un medio delincuente".El actor Jordi Mollá, intérprete junto a Antonio Resines y Maribel Verdú de La buena estrella,- explica que el equipo tenía miedo de que el argumento de la película diera risa. "La situación era delicada pero el resultado es creíble", afirma. "Son tres personas solas capaces de compartirse".
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