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Holanda confía en obtener importantes resultados en la cumbre de Amsterdam

Soledad Gallego-Díaz

El presidente de turno de la Unión Europea, el primer ministro holandés, Wim Kok, se mostró el pasado lunes en Madrid confiado en el éxito de la cumbre de Amsterdam, prevista para los días 16 y 17 de junio y en la que los Quince negociarán la reforma del Tratado de Maastricht. Kok aprovechó su presencia en Madrid, invitado a pronunciar una conferencia, para mantener una reunión con el presidente del Gobierno, José María Aznar.

Los preparativos de la cumbre de Amsterdam se han acelerado en los últimos días, tras el parón que registraban desde hace meses. El resultado de las elecciones británicas ha permitido despejar algo el difícil panorama al que se enfrentaba la cumbre. Por primera vez, parece posible que los Quince lleguen a acuerdos sobre la reforma institucional de la Unión sin los que no se podrá dar por cerrada la reforma del Tratado de Maastricht. Sobre la mesa están temas tan polémicos como el sistema de votación del Consejo de Ministros, el número de miembros de la Comisión, la minoría de bloqueo, el nombramiento de un señor o señora Europa que represente la política exterior común o avances sustanciales en la cooperación sobre temas de justicia e interior.Wim Kok llegó a Madrid, para pronunciar la VIII Lección Conmemorativa de la Fundación Carlos de Amberes, procedente de otra capital europea que había visitado oficialmente y acompañado por un séquito de seis altos funcionarios. Tras la conferencia se desplazó a Moncloa para cenar con Aznar acompañado a su vez por el secretario de Estado, Ramón de Miguel, y otros funcionarios de Exteriores. Las autoridades españolas solicitaron a Kok que esta entrevista fuera considerada informal, y no, como había sugerido Holanda, parte de la gira oficial que el primer ministro debe realizar antes de la cumbre. Kok volverá a Madrid en fechas próximas.

El primer ministro holandés, de 58 años, declaró a EL PAÍS que en Amsterdan se podrán lograr "progresos sustanciales en asuntos institucionales, en temas de interior y justicia y en política exterior y de seguridad". Kok no cree que el espirítu europeísta sea en estos momentos más débil que hace cinco años, cuando se firmó Maastricht: "Quizá ahora no se reclaman grandes saltos adelante, pero sí avances paso a paso para hacer Europa más fuerte. Incluso los ciudadanos que son ahora críticos con la Unión se dan fácilmente cuenta de que si no existiera la integración europea, la prosperidad, la seguridad, la estabilidad, serían menores que las que existen hoy día".

Kok considera que la vigorosa política de empleo realizada por su país no puede ser adoptada como un modelo por la UE y defiende que sean los Estados nacionales los encargados de luchar contra el paro. Sin embargo, está seguro de que en Amsterdam, junto con las decisivas reformas institucionales, se aprobará también un capítulo sobre el empleo. "Uniendo nuestras experiencias, por ejemplo, el acuerdo que acaban de firmar en España sindicatos y patronal, podemos obtener mejores resultados. Tenemos que dejar claro en el Tratado que el empleo es también un objetivo importante de la Unión. Por encima de lo que los Estados hacen y pueden hacer, necesitamos mejorar el nivel de coordinación de las políticas sociales. Si no lo hacemos así, los ciudadanos se sentirán alejados de la Unión".

Wim Kok se mostró "impresionado" por los avances de la economía española y aseguró que "es demasiado pronto para hacer una preselección de los países que entrarán en el euro". "Lo importante", señaló, "es que todo el mundo se dé cuenta de que la Unión Monetaria implica no sólo una moneda única, sino también una integración política mucho mayor, y que por esa razón es y debe ser un proyecto de toda la Unión".

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