"Peyorativo, ofensivo y sarcástico"
Viernes, 8 de noviembre de 1996. Miguel Ángel Rodríguez, portavoz del Gobierno, se presenta ante los periodistas para informar de los acuerdos del Consejo de Ministros. Alguien le pregunta por una propuesta nacionalista a favor de que Cataluña disponga de un Comité Olímpico propio y de que las selecciones deportivas autonómicas puedan participar en competiciones internacionales. El portavoz contesta entre risas entrecortadas. Califica la pretensión de "sandez". Y sigue: "No tengo palabras para responder a la originalidad de esta propuesta". José María Aznar, asegura Rodríguez, "no va a destrozar la selección nacional de fútbol. Es una propuesta imposible de hacer; no sé a quién se le habrá ocurrido". Puestos a decir sandeces, añadió el portavoz, se podría sugerir que se prohibiera la entrada en los estadios de quienes no hubieran nacido en la propia ciudad. Los catalanes, ironizó, terminarían "jugando a las canicas".Sus palabras, y sobre todo sus modales, sentaron tan mal a los socios catalanes del Gobierno que ese mismo día, aprovechando el congreso de Convergència Democrática de Catalunya (CDC), Jordi Pujol advertía a Aznar que el pacto entre PP y CiU también dependía de las formas, y le reclamaba una llamada de atención a Rodríguez por su "tono peyorativo, ofensivo y sarcástico".
En tono de advertencia, añadió: "El buen funcionamiento de una relación no depende sólo, aunque sea lo importante, de las cuestiones de fondo, sino también del lenguaje, de los buenos modos y de la corrección de trato". "Rodríguez no debe de haber entendido qué es ser portavoz del Gobierno y del presidente del Gobierno. No es de buena ley. El Gobierno y su presidente deben saber cuál es el tono que debe emplear su portavoz".
CDC cerró el domingo su congreso con una moción en la que reclamaba la creación de federaciones deportivas catalanas en respuesta a 1a mofa" del portavoz del Gobierno. Ese mismo día, las juventudes de Convergència anunciaban acciones de protesta contra Rodríguez.
Con cierta ironía, Aleix Vidal-Quadras, del PP, advertía a su compañero que se anduviera con cuidado y procurara no irritar a CiU si no quería acabar, como él, apartado de la primera línea política. El 5 de febrero de 1997, el lance se ve en el Parlamento de Cataluña y se cierra con la aprobación de todos los grupos de la Cámara de una reprobación de la actitud de Miguel Ángel Rodríguez.
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