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Un impulso compartido JACQUES CHIRAC

El presidente francés entra en la campaña electoral con esta carta que envió a periódicos regionales de su país

Francia necesita. hoy un nuevo impulso, un impulso compartido bajo el signo de la iniciativa y la solidaridad.El mundo asiste, en efecto, a evoluciones irreversibles. Aparecen nuevas tecnologías que modifican los comportamientos y la relación con el trabajo. Se crean nuevos oficios. Se anudan alianzas a escala continental. Tal es el curso de la historia. ¿Vamos a darle la espalda, a replegarnos en nosotros mismos, a iniciar un proceso de declive? ¿O vamos a aprovechar nuestra oportunidad? .

Nuestro país no siempre ha hecho elecciones acertadas en el pasado. Con demasiada frecuencia se ha confundido el gasto con la eficacia, el tamaño del sector público con la calidad del servicio público. Se ha creído que nacionalizando las empresas se aseguraba su éxito. Que multiplicando las deudas nos dotábamos de medios para actuar. Que aumentando los impuestos y las cargas se actuaba en favor de la justicia. Algunos han pensado que acomodándonos a la inmigración clandestina éramos fieles a nuestra vocación. Otros han imaginado que se podía descuidar el orden republicano y la seguridad sin atentar contra el equilibrio mismo de la sociedad. Todo esto, en su conjunto, ha dado malos resultados. Nos hemos encontrado con un endeudamiento masivo que hipotecaba el futuro de nuestros hijos . Con un Estado que hacía demasiado y, por lo tanto, lo hacía mal. Con una protección social cada vez más costosa y, sin embargo, cada vez menos eficaz. Ha sido necesario , por así decirlo, "pagar la deuda". Hoy, en lo esencial, es cosa hecha. Una economía saneada, un crecimiento que vuelve y del que estamos en situación de aprovecharnos. Esto es lo que se ha hecho con y gracias a ustedes. Ha llegado el momento de iniciar una nueva etapa. Si he disuelto la Asamblea Nacional es justamente. para que los franceses se pronuncien sobre el contenido y el sentido de esta nueva etapa. También porque nuestro país no podía permitirse un período electoral demasiado largo, durante el que todo se ralentiza, los empresarios dejan de tener iniciativas, los inversores de invertir y la sociedad de evolucionar.Igualmente porque tengo necesidad de la fuerza política necesaria para poder defender los intereses de Francia con motivo de los próximos e importantes plazos europeos. Finalmente, para que nuestro país disponga durante cinco años de la estabilidad política indispensable para la eficacia de la acción.Para aprovechar esta oportunidad hay que tener confianza y pasar a la ofensiva. Es necesario, queridos compatriotas, mirar la realidad de frente e ir hacia adelante. Mirar la realidad de frente es tener la valentía de plantear las cuestiones verdaderas.¿Se logrará reducir el paro por decreto, creando un número creciente de más empleos públicos? ¿Debe el Estado gastar cada vez más sin evaluar la calidad de los servicios prestados a los ciudadanos?

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¿Hay que poner cada vez más impuestos a riesgo de desanimar la iniciativa, incluso suscitar el fraude, en un momento en que la imaginación y el talento franceses están deseando expresarse? En un momento en el que la educación determina cada vez más el desarrolló y el éxito de cada uno, ¿hay que dejar como está un sistema educativo no suficientemente abierto al mundo del trabajo cuando por primera vez comienzan a caer las barreras entre Universidad y empresa?Estas son, entré otras, las preguntas a las que debéis responder. El debate político entablado hoy no debe jugar con la verdad. Aprovechar nuestra oportunidad es, sobre todo, ir hacia adelante. La palabra clave es la confianza. La confianza que se da a los demás y la confianza que se tiene en el interior de uno mismo. Dar confianza es actuar de suerte que podáis expresaros, tener iniciativas, arriesgaros.Es aligerar las cargas de todos los que trabajan. Es favorecer la innovación. Es ayudar sistemáticamente a la creación de empresas y facilitar el desarrollo de esas pequeñas empresas que son, para el empleo, una auténtica suerte. Muchos de nuestros compatriotas lo esperan, especialmente los jóvenes que quieren lanzarse.Tener confianza es no tener miedo de los cambios, es coger lo mejor para apropiarse el futuro. Veamos la Seguridad Social: durante todo el año pasado, los médicos y sus pacientes, dando muestras de responsabilidad, han permitido una evolución razonable del gasto. ¿Ha habido algún enfermo que no haya tenido libre acceso a un médico? ¿Ha habido algún médico que no haya podido prescribir lo que consideraba necesario? Veamos France Telecom: con el nuevo estatuto, el precio del teléfono va a bajar, los servicios a la clientela van a desarrollarse, la empresa, más eficiente, va a reforzar su posición y a ganar cuota de mercado en todo el mundo, con beneficio para el empleo y las tecnologías franceses. Sí, hay que tener confianza.. Los cambios, bien llevados, no son para cada francés "menos" sino "más".Así daremos vida a nuestro sistema social. Así podremos aumentar nuestro esfuerzo allí donde se juegan la cohesión social y la igualdad de oportunidades: en las escuelas, en los hospitales, en el apoyo social. Así, y sólo así, podremos actuar con más eficacia contra un paro insoportable y una fractura social inaceptable. Ir hacia adelante es elegir la proximidad. Esto es válido para el Estado y para las Administraciones. Hay demasiadas decisiones que inciden en vuestra vida cotidiana, en la de vuestros hijos, que todavía se toman lejos de vosotros. Con demasiada frecuencia se aplican reglas generales a situaciones que exigirían tratarse caso por caso. ¿Cómo es posible, en vísperas del siglo XXI, imaginar una reducción autoritaria del tiempo de trabajo, el mismo día y en todas las empresas francesas? ¿No habría que actuar de otro modo, extrayendo mediante la negociación soluciones a medida, adaptadas a cada empresa? Prefiramos el contrato, que supone diálogo, acuerdo, compromiso personal, a la ley.

Ir adelante, es hacer evolucionar nuestra vida pública, ya se trate de la reforma de la justicia o de la modernización de la vida política. Debe proscribirse la acumulación de las funciones políticas y esta decisión debe beneficiar a las mujeres. Ellas encarnan en especial los valores de modernidad y atención a los que la sociedad aspira. Me comprometo personalmente a hacer todo para permitirles participar plenamente en la vida política y económica de Francia. En ello va la armonía y la eficacia de nuestra sociedad.

Finalmente, cada uno debe responder de sus actos. La impunidad no es aceptable. Los franceses tienen en la memoria demasiados escándalos financieros, especialmente en algunas empresas públicás. Ser el responsable del interés general o del dinero de los contribuyentes impone, hoy más que nunca, obligaciones de competencia, de transparencia, de honestidad. La palabra clave es dar cuentas. Es la esencia misma de la responsabilidad y de la democracia.

He aquí, mis queridos compatriotas, lo que deseo para las francesas y los franceses: la iniciativa y la solidaridad, la libertad y la justicia. Y he aquí lo que ambiciono para Francia: que se afirme en una Europa en movimiento, que defienda vigorosamente sus intereses en el mundo. Dentro de tres años estaremos en el año 2000. A esta cita, que la historia va a dar a todos los pueblos, podemos llegar en una posición de fuerza, siendo fieles a nuestros valores y a nuestra cultura. Necesito vuestro apoyo para continuar la obra que hemos iniciado juntos y que sólo puede dar sus frutos a largo plazo- ¡Con un impulso compartido, aprovechemos nuestra oportunidad!

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