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El Rey pide a los empresarios españoles que se arriesguen e inviertan en Rusia

Pilar Bonet

"Debéis decir a los empresarios españoles que vengan aquí a invertir". Este fue el llamamiento que el rey Juan Carlos hizo ayer en Rusia a los periodistas, a lo que unió su recomendación de "arriesgarse". Los Reyes, que viajaron por la tarde a Alemania, se despidieron de Rusia inaugurando en el Museo Pushkin de Moscú una exposición de Picasso, Miró, Dalí y Julio González, acto al que acudieron políticos, artistas, banqueros y numerosos miembros de la élite rusa.

Allí ofrecieron un cóctel a 250 ilustres invitados de la Administración Pública y las empresas privadas españolas, ya que ha contado con el patrocinio de varias de ellas. Juan José Herrera de la Muela, consejero cultural de España en Moscú, ha propuesto a los empresarios españoles un creativo plan para promocionarse y apoyar simultáneamente la difusión de la cultura española en Rusia.Para saludar a los Reyes y contemplar las 61 obras de arte hubo que esperar, porque los monarcas se demoraron algo más de lo previsto en la catedral del Cristo Redentor.

En el Pushkin estaban varios ex candidatos a la presidencia de Rusia, como Guennadi Ziugánov, jefe del Partido Comunista ruso, que estrechó la mano a los Reyes, y Grigori Yavlinski, que dirige la fracción parlamentaria Yávloko, quien propuso a Don Juan Carlos pronunciar una conferencia en la Universidad de Moscú sobre Monarquía y Democracia. "Sería muy positivo", dijo YavIinski, que elogió el papel del Rey y conversó largamente sobre la ampliación de la OTAN con el ministro de Exteriores, Abel Matutes, y sobre la reforma económica con Carlos Ferrer Salat.

El que más partido sacó de su presencia en el cóctel fue sin duda el excéntrico VIadímir Zhirinovski, jefe. del Partido Liberal Democrático, que se jactaba de haber causado "emociones positivas" en los Reyes y de haber hablado con ellos "en francés", mientras Ziugánov lo había hecho, según dijo, "en ruso" con acento de su provincia natal.

El Rey, que por la mañana en la Catedral de Cristo Redentor había abierto una verja de 15 toneladas de peso con ayuda del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, no pudo satisfacer su deseo, expresado en voz alta, de encontrar una silla en la que sentarse. Sin embargo, no le faltó ánimo para bromear con los periodistas. "Debeis decir a los empresarios españoles que vengan aquí a invertir" pese a los riesgos, señaló. Y agregó que hay otros países mas seguros que Rusia en los cuales los empresarios españoles, pese a su esfuerzo, "no se comen ni una rosca". Ante una observación sobre los riesgos de invertir en Rusia, el Rey, riendo, recomendó " arriesgarse", y avaló su propuesta con su propio ejemplo: "Si yo no llego a arriesgarme no estaría donde estoy".El Rey dijo también que había encontrado muy vivaz al presidente Yeltsin, del cual se despidió ayer por la mañana, y que le había recomendado cambiar de relaciones públicas "para que en Occidente se enteren de lo bien que está".El personaje más solicitado durante la recepción fue el alcalde de Moscú, junto al cual había casi permanentemente una cola de personajes deseosos de plantearle sus cuitas municipales o incluso estatales, ya que Luzhkov parece tener la presidencia de Rusia en el punto de mira. Además de acompañar e los Reyes a la Catedral de Cristo Redentor, Luzhkov estuvo con ellos en la visita a la empresa Campomós y regaló a don Juan Carlos y doña Sofía un atlas de la capital y un ejemplar en ruso de un libro suyo sobre la ciudad.Entre los invitados estaban también la viuda de Andréi Sájarov, Elena Bonner, que regaló a los Reyes un ejemplar de las memorias de su esposo; el director del Grupo de Danza Nacional de Rusia, el director del Teatro Bolshoi, el director de cine Eldar Riazánov, el pintor llia Glazunov, el escritor Andréi Vosnizenski y el activista pro derechos humanos Serguéi Kovaliov.

Ausencias notables

Aunque hubo casi bofetadas. por las invitaciones al cóctel de los Reyes en el museo Pushkin, se registraron algunas ausencias notables, por ejemplo la del último presidente de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov y su esposa Raisa; la del general Alexandr Lébed, que había anunciado su asistencia; la del escritor Alexandr Solzhenitsin, poco amante de los acontecimientos públicos, y las dos hijas del presidente Yeltsin, Tatiana y Elena. Esta última fue incluida a última hora en la lista de invitados, pero no acudió.Sin embargo, a la cita no faltó el Gran Duque Andréi Golytsin, presidente de la Asamblea de la Nobleza Rusa, entidad que, según su dirigente, reúne a 10.000 personas entre los descendientes de diversos nobles y sus familias.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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