Mayor pide en el funeral del guardia civil asesinado que no cunda la desesperanza

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, indicó ayer, tras el funeral celebrado en Bilbao por José Manuel García, el guardia civil asesinado por ETA el pasado sábado en Zierbana (Vizcaya), que la sociedad no debe entrar en la senda de la desesperanza porque la perseverancia de los demócratas acabará por imponerse a la violencia terrorista."En estos momentos, cuando se producen acciones como las de hoy, sin duda ninguna uno tiende a la desesperanza. Es en lo que yo creo que no hay que caer", afirmó Mayor. "Hay que saber que lo importante es que, con perserverancia, la sociedad democrática ganará a los violentos y los terroristas", añadió.

El ministro reconoció que "es difícil" mantener ese discurso, sobre todo cuando coincide con la escalada terrorista de ETA, pero advirtió que hoy más que nunca "es indispensable tener la certeza de que desde la perseverancia, los terroristas no van a ganar nunca a los demócratas".

En esa misma línea, el consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, aseguró antes de las honras fúnebres por el agente que "la sociedad vasca nunca ha caído en la desmoralización y, además, seguirá adelante, pero desde lo que siempre ha estado bien claro: que jamás ha cedido al chantaje y tampoco lo va a hacer ahora".

Al funeral acudieron la viuda, la madre y varios familiares de la víctima, así como el director de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso; el delegado del Gobierno, Enrique Villar, y autoridades judiciales, civiles y militares.

El obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, pidió en una nota a ETA que deje de causar muerte y dolor y que "no obstaculice los caminos de la paz".

El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Alvarez Cascos, se desplazó a la localidad asturiana de Vega del Poja, donde recibió sepuItura la última víctima de ETA. Alvarez Cascos subrayó que "el único proyecto de futuro de ETA es la pistola y la muerte". El vicepresidente llegó a la iglesia de Vega del Poja minutos antes de que concluyera el funeral y asistió a su entierro en el cementerio parroquial.