El 10 de Downing Street es pequeño para una familia con niños

Tony y Cherie Blair, ocupantes desde el viernes del número 10 de Downing Street, venían decididos a romper todas las marcas. Para empezar el primer ministro más joven del Reino Unido, cumple 44 años pasado mañana, desde los tiempos de lord Líverpool en 1812, había optado por trasladarse a la residencia oficial con toda la familia, es decir, su esposa y sus tres hijos: Kathryn, de 9 años; Nicholas, de 11, y Euan, de 13. Algo que nunca había ocurrido en la historia de este país.Sin embargo, apenas 24 horas después de poner los pies en el número 10 de Downing Street han dado marcha atrás. El piso destinado a la familia, en la primera planta del edificio, es pequeño y poco práctico. Los Blair han escogido la solución más simple a mano. Intercambiarán su domicilio con el del ministro de Economía, Gordon Brown, que ocupa el vecino número 11, una casa considerablemente más amplia. Brown es soltero y puede arreglárselas en la planta que a ellos les resulta pequeña.

De esta forma Brown, el número dos del Gobierno que siempre sonó con ser primer ministro, residirá en el domicilio del número uno, lo que viene a ser una especie de restitución menor por vía inesperada.

La familia Blair intenta adaptarse mientras tanto a una notoriedad para la que ni siquiera una larga campaña electoral les había preparado. La televisión británica captó ayer unas imágenes de la primera dama que demuestran hasta qué punto Cherie Blair vive ajena todavía al papel estelar que ha pasado a ocupar en este país. La esposa del primer ministro abrió en persona la puerta de su domicilio en el barrio de Islington, luciendo un camisón corto y con evidente aspecto de haber saltado de la cama al oír el timbre. Cherie cerró la puerta en cuanto vio la cámara de televisión apostada en la acera de enfrente. Pero ya era tarde. Todas las cadenas de televisión británica ofrecieron ayer la imagen en sus informativos.