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Una central de primera generación

La nuclear Vandellòs I (Tarragona) será la primera central de tecnología de grafito-gas con una potencia de 500 megavatíos que será clausurada en Europa. El desmantelamiento seguirá el mismo procedimiento que el de sus plantas gemelas, las nucleares francesas de Saint Laurent des Eaux I y II. Hasta ahora sólo hay experiencia en el desmantelamiento de reactores de mínima potencia destinados a la fabricación de plutonio con fines militares.La central de Vandellòs era única dentro del parque nuclear español: de tecnología francesa, utilizaba uranio natural como combustible, grafito como moderador y gas para refrigerarse. La central tenía el permiso de explotación definitivo, que expiraba el año 2003.

Más información
El Consejo de Seguridad Nuclear aprueba el plan de desmantelamiento de Vandellòs I

La planta inició sus operaciones en el mes de agosto de 1972 y pertenece al grupo denominado de primera generación, que incluye, además de ésta, las plantas de José Cabrera (Guadalajara) y Santa María de Garoña (Burgos).

El accidente más grave

Este modelo de centrales tenía una productividad más baja que las construidas con posterioridad. La potencia de la de Vandellòs era de 500 megavatios, cuando las de tercera generación pueden sobrepasar fácilmente los 1.200. La central es propiedad de Fecsa (29%), Hidruña (23%), ENDESA (23%) y Électricité de France (25%), y está gestionada por la sociedad Hifrensa.

El incendio que la afectó el 19 de octubre de 1989 fue el accidente más grave registrado en una nuclear española. El siniestro fue calificado por la Agencia Internacional de Energía Atómica como de nivel 3 (de un total de 7), al quedar dañados la mayoría de los sistemas de seguridad.

Su reparación hubiera requerido una inversión superior a los 50.000 millones de pesetas, pero el Gobierno socialista prohibió a la empresa propietaria incluir el gasto en la factura eléctrica, por lo que se pactó su clausura definitiva.

La central ha gastado 1.900 toneladas de uranio natural, trasladadas en tren a Francia para ser reprocesamiento en la planta de Cogema. Vandellòs I ya está libre de combustible y este mes acabarán los trabajos de adecuación de los silos. Estas dependencias albergan las camisas de grafito (vainas que contenían el combustible), que son troceadas y almacenadas en el cajón del reactor. Además de ocupar menos espacio pierden parte de su radiactividad. Allí permanecerán de 25 a 30 años, hasta que se desmantele por completo la nuclear.

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