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El Museo Pecci, de Prato, muestra la vitalidad y grandeza de las últimas obras de Tapies

La antológica del pintor español sucede a las de Burri, Fontana y Schnabel

Cada mañana entro a mi estudio sin saber cómo resolveré mis problemas espirituales o materiales. Por eso he llegado a la conclusión de que estoy haciendo experimentos. Y por esa misma razón hablo poco de mi trabajo, pues no conozco bien su mecanismo", comentó el pasado enero Antoni Tápies a Bruno Corá, director del Museo Pecci, de Prato. Unos 60 óleos del pintor español ilustran las anteriores palabras en el citado centro de arte contemponeo, próximo a Florencia. Muchos de los datan de 1995 o 1996 y representan la útima producción de Tápies.

La exposición, abierta hasta el 15 de junio, tiene, sin embargo, un carácter antológico, como las dedicadas previamente a Enzo Cucchi, Mario Merz o Julian Schnabel por este museo que fundó en 1988 Enrico Pecci, un industrial textil florentino. El año pasado el centro artístico de Prato, que tras la muerte de su fundador ha pasa do a manos del Ayuntamiento, expuso unas 100 obras de los dos grandes de la pintura italiana contemporánea, Lucio Fontana y Alberto Burri.La muestra de Tápies se abre con el cuadro Creu de paper de diari, fechado en 1946-1947, e incluye obras de todas las décadas que median hasta hoy, para ofrecer una perspectiva de la coherencia esencial de este pintor y de una tendencia a la repetición característica de su obra que Corá, responsable de la exposición, compara con el eterno retorno nietzschiano, y que Tápies acepta "en el sentido de que", según dice, "insisto siempre en los mismos problemas, en las mismas irnágenes".

Pero las 36 obras expuestas que datan de la presente década -13 de ellas del año pasado imponen un predominio de la producción más reciente y de los enormes formatos de seis metros de ancho por dos y me dio de alto desarrollados en cuadros como Samsara = Nir vana o Diptic 2 + 3. Hay obras procedentes de la galería Le long, de París; de la Galleria Comunale d'Arte Moderna, de Bolonia; y de la Galleria Nazionale de Arte Moderna, de Roma, aunque el grueso de lo recogido en Prato proviene de la Fundación Antoni Tápies y de colecciones privadas, sobre todo de la propia familia Tápies.

Se trata de una de las mayores exposiciones realizadas sobre este artista español, según los organizadores, y, sin duda, de la más importante celebrada recientemente en Italia, donde Tápies tuvo su última retrospectiva en el Palacio Real de Milán en 1985. lannis Kounellis aporta al catálogo una breve nota en la que afirma que "el amigo pintor Antonio Tápies es hijo del Gaudí del parque Güell y del Goya de las pinturas negras".

Circularidad

El visitante que acceda a las salas diáfanas del Museo Pecci es fácil que perciba toda la fuerza dramática de la obra de Tápies con una intensidad realzada por un montaje difícilmente mejorable. Partiendo de la superficie cálida y terrosa de Visió, obra de 1966, enfrentada a la sencilla Cruz de papel de periódicos de las primeras épocas, toda la muestra procede por contrastes que acentúan la dinámica interna de estas pinturas y la recia gestualidad impresa en ellas. Hay un orden temático, por el que se recorren los colores, los signos, las representaciones del cuerpo, los objetos de la vida cotidiana, la muerte, el infinito, la nada, y demás temas del pintor catalán.

La visita prosigue por una decena de salas dispuestas con una perspectiva que sólo a un cierto punto del camino permiten adivinar que hay otra sucesiva. El recorrido es necesariamente de ida y vuelta, lo que redunda en la sensación de circularidad temporal y temática de esta pintura. Todo ello contribuye a dejar la sensación de que se han visto muchas más obras de las 60 expuestas.Bruno Corá sostiene que "la actualidad del arte de Antoni Tápies, su extraordinaria vitalidad lingüística, el sentido de integridad moral de su interrogante artístico son algunos de los aspectos que pretende subrayar la lectura de su trabajo" explicitada en esta exposición. El pintor subraya que sigue creyendo en los "contenidos profundos" y en "los valores de base", como "la paz, la libertad, la democracia".

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