Cristo González corta dos orejas, una a ley

Aunque la primera oreja de Cristo González se debió a la magnanimidad del público portuense, la segunda se la ganó a ley por su pundonor. El chiclanero terminó pudiéndole al manso tercero que llegó crudo al último tercio. Después de varias tandas por abajo logró templar y mandar al astado que desarrolló genio y calamocheaba.Con el que cerró plaza el espada, con enjundia, realizó una faena valiente y variada que brindó al torero en retiro Rafael Ortega, que fue ovacionado. Al arrimarse en un pase natural fue herido por una banderilla en el pómulo izquierdo.

Bien poco pudo hacer Tomás Campuzano con el inválido que abrió plaza. Después del segundo pase de tanteo y del segundo redondo el burel rodó por la arena y el diestro abrevió. Con el soso cuarto el torero de Gerena mostró voluntad en su largo trasteo en el que enjaretó series de retirados pero templados derechazos.

Celso Ortega aprovechó la movilidad y boyantía del segundo. En su faena destacó el buen gusto en el trazo templado y mandón de sus series de redondos y naturales. Hizo la cruz con entrega dejando un estoconazo. Con el incómodo quinto, el coletudo de El Puerto capoteó sobre piernas y con la muleta no pudo domeñar al peligroso burel, que cabeceaba.