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Fotos de familia en la factoría Warhol

Billy Name rescata en Londres sus fotografías de los años sesenta

La colección de imágenes de Billy Name, que fue el fotógrafo oficial de la factory neoyorquina de Andy Warhol, ve la luz en dos versiones complementarias: en la exposición que dedica a sus tomas en blanco y negro el Instituto de las Artes Contemporáneas (ICA) de Londres y en el libro All tomorrow´s parties, con inéditas fotos en color, que publica Frieze. Su autor estuvo en Londres para festejar la ocasión.

El paso de los años ha presentado su factura a Billy Name. Barrigón, medio calvo y de barba canosa, su figura apenas recuerda a ese jovencito tímido y atractivo que ligó con Andy Warhol en 1963. Pero amable y simpático en el trato, el fotógrafo oficial de la factory sigue, a sus 57 años, retando los cánones estéticos con su arte y su presencia.El pasado miércoles, durante la inauguración de su exposición en el ICA, el artista vestía una chaqueta blanca impresa con primeros planos de su rostro y unos pantalones que evocan los bosques y maleza de una selva utópica. Caminaba frente a sus fotografías con su nueva cámara, el último modelo Canon, y una expresión de satisfacción y curiosidad en sus ojos: "Son tan preciosas. Estoy tan orgulloso de estas gemas que se han convertido en objetos coleccionables. Las trato como si fueran mis hijos".

Cerca de 150 fotografías en blanco y negro se amontonan en una pared del ICA. En ellas están retratados los habituales de la factory -Warhol, Gerard Malanga, Edie Sedgwick, Nico,Lou Reed y, entre -otros, el propio Name con treinta años menos-, algunos visitantes como Tennessee Williams, Salvador Dalí o Jasper Jolins y la serie de actores y bellezas que participaron en los proyectos warholianos de la década de los sesenta.

"Al interesarse por el cine, Andy me cedió su cámara. Me dijo: 'Billy, saca fotos ahora, que yo voy a hacer películas", recuerda este artista que perdió su apellido, Linich, porque deseaba tener "un nombre pop". Name era entonces técnico de iluminación y, había colaborado en producciones teatrales. En su nueva trayectoria artística trasladó su dominio de la luz y de la composición a miles de objetivos: "Me interesa mucho el retrato, no sólo de gente, sino también del espacio o de personas en el espacio".

El tiempo no ha dejado huella en estas fotografías. Name las recuperó de casualidad cuando, años después de la muerte de Warhol, aparecieron entre los objetos almacenados de la factory. "Me enviaron un baúl con toda mi colección", dice satisfecho. Un estudio sobre personas saliendo del cuarto de baño, una serie de dípticos tomados con una Olympus de doble fotograma y varios documentos sobre acontecimientos concretos se muestran por primera vez en el libro Alls tomorrow´s parties: "Recorté la cabeza de Paul Morrisey porque era un pesado. Fue mi pequeña venganza y un intento al mismo tiempo de dar vida a un nuevo estilo fotográfico", recuerda.

Los estudios de Warhol fueron escenarios únicos e irreproducibles: "Éramos un grupo de conceptualistas que erigimos nuestras propias superestrellas y colaborábamos unos con los otros. Todo artista que se preciaba en esa época debía visitar la factory", afirma. Name se considera un "superviviente" de los años sesenta y un artista "poco agresivo" respecto a su trabajo. "Prefiero que evolucione a su propio ritmo. Quizá por ello sobrevivo mientras veo cómo los demás van muriendo", dice sin maldad e insiste, pese a estar frente a su obra recordando miles de anécdotas, que ya no vuelve la mirada hacia esa época.

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