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Duras críticas al FMI por retrasar el perdón de deuda a los países mas pobres

Victoria Carvajal

El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, arremetió duramente ayer contra las agencias de desarrollo y organizaciones no gubernamentales (ONG) que han criticado el retraso en la aplicación del plan para aliviar la deuda externa de los países pobres altamente endeudados. Uganda será el primer beneficiado de esta iniciativa, aprobada por los 181 países miembros del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI) el pasado otoño.

No obstante este país debe esperar aún un año para recibir la ayuda. Las agencias temen que la iniciativa, que pretende aliviar la situación de 25 países, pierda fuerza a causa de las nuevas exigencias procedentes del FMI, EEUU, Alemania y Japón.El Banco Mundial y el FMI, las dos instituciones que celebran estos días en Washington sus reuniones de primavera, parecen haberse puesto de acuerdo para contraatacar a las agencias internacionales de desarrollo que critican muchas de sus actuaciones.

Si el jueves el director gerente del Fondo, Michel Camdessus, defendió con una batería de datos que la asistencia del FMI a los países más pobres ha ayudado a mejorar las condiciones sociales, ayer le tocó el turno a James Wolfensohn.

El presidente del Banco Mundial, principal artífice del plan para aliviar la deuda de los países pobres, criticó con especial agresividad a las ONG que le han acusado de exagerar los efectos de esta iniciativa. "Consigues poner de acuerdo a las instituciones multilaterales y los acreedores bilaterales [Club de París] para aliviar la deuda de estos países, algo impensable hace sólo un año, y en vez de felicitarte, te llaman hijo de perra", declaró durante una conferencia de prensa.

La agencia Oxfam International, que agrupa a 10 ONG incluida la española Intermón, calcula que el retraso de un año en el perdón de parte de la deuda oficial de Uganda, un país que lleva cerca de 10 años aplicando programas de ajuste, tendrá un coste de 193 millones de dólares (algo menos de 28.000 millones de pesetas), "lo que equivale al doble de su presupuesto para educación o seis veces el gasto en sanidad".

La agencia responsabiliza a EE UU, Alemania y Japón, que quieren obligar al país a demostrar un año más su compromiso con las reformas económicas, de provocar este retraso. Les acusa, además, de querer disminuir el volumen de la reducción de la deuda.

Según el plan aprobado por el Banco Mundial y el FMI, la deuda del país africano -3.400 millones de dólares o casi medio billón de pesetas -se reducirá un 20%. De los 338 millones de dólares que se perdonan, el banco contribuirá con 160 millones y el Fondo con 70. El resto debe ser aportado por otras instituciones de desarrollo, incluido el Banco del Desarrollo Africano, y de países acreedores.

Wolfensohn calificó el acuerdo de "extraodinario paso adelante", aunque admitió que podía haber sido más ambicioso. "Pero no tengo poderes divinos para convencer a los 181 Gobiernos accionistas del banco", añadió. Aseguró, además, que Uganda no tendrá problemas de liquidez. "Si necesita dinero para educación, lo tendrá".

Las agencias de desarrollo temen, además, que las nuevas exigencias para beneficiarse de la iniciativa acaben disuadiendo a los países pobres con alto nivel de endeudamiento de continuar con las reformas económicas. "El mensaje es que, incluso si el país cumple los requisitos para recibir la ayuda y lleva una década aplicando duras reformas, no recibirá las ventajas prometidas", afirman. El coste total de la iniciativa, que beneficia a una veintena de países, asciende a 7.700 millones de dólares (1, 11 billones de pesetas).

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