Las creaciones de Penderecki y Villa Rojo
La nueva directora del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea, la madrileña Consuelo Díez, inició el miércoles sus actividades frente al público. Lo hizo en línea de continuidad con sus antecesores en el cargo, Tomás Marco y Jesús Villa Rojo, y encomendó al último un programa casi enteramente dedicado a su labor y su obra.Uno de los capítulos fundamentales en la biografía de Villa Rojo es el grupo LIM (Laboratorio de Interpretación Musical), que desde hace 21 años difunde en España y fuera de ella
la creación de nuestro tiempo y, en especial, la española. De Villa Rojo escuchamos tres obras que glosan de distinta forma el arte de tres grandes figuras de nuestra cultura: Sebastián Durón (Brihuega, 16601716), Manuel de Falla y Juan Ramón Jiménez.
Grupo LIM
Director: J. Villa Rojo. Obras de Penderecki, Gershwin y Villa Rojo. Auditorio Nacional. Madrid, 24 de abril.
Recordando a Falla, de 1989, es una glosa libre del Concerto para clave, escrita para la misma formación que empleara don Manuel y evocadora de una manera de pensar la sonoridad y una concentración del discurso bellamente asumida por Villa Rojo; Glosas a Durón, de 1990, parte de algunas células de la zarzuela Salir el amor del mundo y nació para el homenaje rendido al músico alcarreño en 1990, pero el resultado es fuertemente personal y característico de Villa Rojo. A través de tres poemas de Canta, pájaro lejano, compone Villa Rojo su homenaje a Juan Ramón. Al grupo instrumental se une una voz de soprano que fue la de Pura María Martínez, luminosa y movida con destreza y expresividad. En la partitura nos llegan con la musicalización de la palabra poética y el amor de Juan Ramón Jiménez por el paisaje, el canto de las aves que lo pueblan. Además de su música original, Villa Rojo presentó su versión de cámara de la Rapsodia de Gershwin, protagonizada en el piano por Gerardo López Laguna, de tan brillante hoja de servicios dentro y fuera del grupo LIM.
Está entre nosotros estos días Krysztof Penderecki para dirigir la Orquesta Nacional y el CDMC le rindió pleitesía con el Cuarteto para clarinete y trío de cuerdas, de 1993, página maestra en su concepción y realización y que en cierto modo muestra una distanciada adhesión al mundo mozartiano, siempre dentro del lenguaje propio del músico polaco. Autores e intérpretes recibieron calurosos aplausos de un público que llenó la sala del Auditorio.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.