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2.000 personas acuden al entierro de la joven asesinada en Algete

El dolor se apoderó ayer de Algete (13.000 habitantes). La localidad se volcó en el funeral y entierro de Eva Blanco Puig, la joven de 17 años asesinada el pasado día 20 de siete puñaladas. Más de 2.000 personas se agolparon en la parroquia algeteña de la Asunción de Nuestra Señora. Olga Puig, la madre de la fallecida, sufrió un desvanecimiento cuando iban a introducir el féretro en el nicho. Mientras, la Guardia Civil prosigue sus investigaciones con dificultad. Las sospechas recaen ahora en un adulto amigo de la familia.El cortejo fúnebre llegó a la iglesia hacia las 11.15 horas. A esa hora la plaza y el templo estaban repletos. Angel Monterroso, párroco de Algete, recibió a los padres de Eva Blanco en la puerta -la madre entró en la parroquia sostenida por su marido- Numerosos alumnos del instituto Gustavo Adolfo Bécquer lloraban en el interior.

Hacia las 12.20 concluyó la misa y la mayoría de los asistentes recorrió el kilómetro y medio que separa la parroquia del cementerio. Tras su desvanecimiento, Protección Civil trasladó a la madre a un centro de salud. Ese departamento ha tenido un significado especial en la vida de la familia Blanco Puig. Eva perteneció a las juventudes de la institución y su padre fue el coordinador de Protección Civil en Algete desde 1987 a 1994.

PASA A LA PÁGINA 5

Las sospechas del crimen de Algete se centran en un adulto amigo de la joven

VIENE DE LA PÁGINA 1La Guardia Civil estrecha el cerco sobre el asesino de Eva Blanco. Los agentes han reducido el número de sospechosos y centran ahora sus pesquisas en una persona adulta y relacionada con la familia de la víctima, según fuentes de la investigación.

Desde el primer momento, la Guardia Civil barajó la hipótesis de que el asesino conociera presumiblemente a la adolescente y que aprovechase esa relación para acompañarla hasta su casa. El rastro de Eva Blanco se pierde el pasado sábado a las 23.45. A esa hora se separan de ella dos amigas a unos 500 metros de su casa. Según la reconstrucción policial, la víctima subió al coche de un conocido que se ofreció a acompañarla a su chalé, situado en la calle de Carmen Conde.

El cuerpo sin vida de Eva apareció a la mañana siguiente en la localidad de Cobeña, a seis kilómetros de Algete. El cadáver se encontraba tendido en la cuneta de la carretera en construcción que unirá Cobeña con Belvis de Jarama. El macabro hallazgo se produjo en una zona alejada del casco urbano, frecuentada por parejas según algunos vecinos del pueblo.

Los investigadores piensan que el crimen se cometió fuera del coche, cuando la joven intentó huir a la carrera. Los agentes del grupo de homicidios se han encontrado con algunas dificultades para seguir la pista del asesino, porque la lluvia borró las huellas que podrían haber dejado las llantas del vehículo utilizado por el agresor. Los miembros del instituto armado siguen interrogando a numerosos vecinos y amigos de la víctima que estuvieron la tarde del sábado en locales de Algete y en otros lugares frecuentados por la joven Eva Blanco.

Precaución

Los compañeros de grupo de Eva insisten en que el agresor puede encontrarse en las cercanías del pueblo. Como medida de precaución, muchas jóvenes son trasladadas estos días en coche por sus padres "para evitar que le pueda pasar lo mismo a otra chica".

El atajo que Eva solía coger para ir a casa está próximo a la carretera que une Algete con Fuente el Saz y lo utilizan muchos chicos de la urbanización Valderrey para llegar al instituto, situado al pie de esta vía.

"Yo paso muchos días por el lugar donde debieron capturarla", dice una amiga de Eva Blanco. "Y siempre me ha dado miedo que pase un coche lento por ahí cerca. Ahora me da pánico andar por el pueblo y temo acompañar a mis amigas a casa, como hacía antes, por si me pasa algo". Los vecinos de Algete también lamentan el infortunio del padre de Eva, Manuel Blanco, que cuando pasó por Protección Civil auxilió a numerosas personas. "Es paradójico que Manolo haya salvado a tanta gente al pie de la carretera de un modo altruista y que su hija haya aparecido tirada en una cuneta y asesinada de esa manera. Ninguna familia se lo merece, pero ésta menos aún", afirmó ayer Alfonso Crespo, estrecho colaborador de Manuel Blanco cuando éste era coordinador del cuerpo.

El crimen de Eva Blanco ha recordado a los vecinos otro trágico suceso ocurrido hace una década en la misma localidad. Otra muchacha de Algete apareció muerta en Cobeña con la cabeza apedreada. La Guardia Civil descubrió que había sido asesinada por su mejor amigo, un pastor de ovejas, tras resistirse la joven a los deseos -no quedó muy claro de qué cariz- de su agresor. El cuerpo fue hallado en un barranco.

Los tres grupos de la oposición municipal han solicitado la convocatoria de la Junta Local de Seguridad.

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