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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Tengo hambre

Hoy me he levantado a las ocho de la mañana y tras hacer las tareas que se te encomiendan me he tomado solamente un vaso de leche para calmar un poco a mis ansiados jugos gástricos. Cuál ha sido mi sorpresa que, después de estar ante la pantalla del ordenador durante un par de horas, mis jugos gástricos me han recriminado como mínimo la misma operación alimenticia de horas atrás, pero he pensado que si les engañaba con un trozo de pan podía aguantar. un poco más y seguir trabajando: imposible; a un estómago vacío no le engana ni Dios, y por ello he tenido que abrir el frigorífico para calmar de nuevo mi ansia de alimentos.Al volver al cuarto donde reside el ordenador mi vista se ha dirigido inconscientemente a una de las fotos colgadas en la pared, una foto de Corine Dufka (Reuter) en la que se refleja la hambruna insaciable de una niña tumbada en el suelo, que apenas tiene fuerza para abrir los ojos y ver la miseria que se describe a su alrededor. Es un mundo aparte, un contexto en el que nunca nos veremos envueltos, a pesar de que a muchos de los que estamos aquí nos gustaría verlo de más cerca para ayudar, y de regreso al país, ver todo con otros ojos y pensar que debemos terminar con esa idea de sociedad de consumo, hecha sobre todo para el comprador nato de lo más "in", pero con muy pocos valores acerca de los problemas que están aquí o a 5.000 kilómetros.

Qué decir más acerca de lo que atañe ahora mismo a miles de niños, padres y demás, del Tercer Mundo. Es un problema que llama de vez en cuando a la puerta de tu cerebro, en situaciones "límite", en aquellos momentos que tiras la toalla y por hacer un mísero esfuerzo tienes ganas de abrir la nevera y comer lo primero que descubres.

Esta breve exposición de un caso particular no es más que una llamada de atención a aquellos que pueden pero "no quieren", aquellos que debieran haber pisado tierras del Tercer Mundo en las mismas condiciones que los habitantes (son personas como nosotros) y, en definitiva, un grito alentador a los que "quieren y pueden".-

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