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El juez envía a prision al sargento que mató a un cabo de un tiro en Candanchú

El juez de instrucción número dos de Jaca (Huesca) dicté ayer orden de prisión contra el sargento Juan Carlos Miravete Duque, el suboficial que mató de un tiro en el pecho en la madrugada del sábado al cabo Samuel Ferrer, de 19 años, en el destacamento que la Escuela Militar de Alta Montaña y Operaciones Especiales tiene en Candanchú. Miravete, según sus propios compañeros, había tenido problemas en este mismo acuartelamiento y en otros destinos de Huesca por los que pasó anteriormente. Vecinos del suboficial en Jaca confirmaron también que, cuando Miravete bebía alcohol, "se alteraba bastante" y "la montaba".

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Estaba previsto que el sargento fuera trasladado ayer mismo a la prisión militar de Alcalá (Madrid), según recogió la agencia Servimedia de fuentes del Ministerio de Defensa. Según el director de la Escuela de Montaña, el coronel Manuel Lozano, Defensa ofrecerá hoy lunes una versión oficial sobre los hechos.Juan Carlos Miravete llegó a los juzgados de Jaca poco después de las doce del mediodía, escoltado por la Guardia Civil, de paisano y con una trenka cuya capucha le ocultaba el rostro. El suboficial, de 36 años, declaró ante el juez durante más de tres horas. Un familiar que le acompañaba pedía una y otra vez, completamente abatido, que se respetara la intimidad de la familia: "No saquéis nada, bastante se nos viene encima".

El féretro con el cuerpo de Samuel Ferrer partía poco después de las diez de la mañana hacia Buenache de la Sierra (Cuenca), su pueblo natal. Sus padres recibieron previamente las explicaciones de los mandos militares, que viajaron con la familia. El padre de Samuel, alcalde de Buenache, no ocultó su inquietud: "La versión que me han dado me deja muchas dudas". Se refirió especialmente al hecho de que los soldados vistieran guerrera en horas de descanso. Según la versión que se dio en Candanchú al padre de la víctima, Samuel recibió el disparo mortal cuando medió entre dos soldados que discutían.

Dos compañeros del cabo fallecido, que vivieron los momentos de pánico en el Hogar del Soldado, recordaban ayer lo sucedido. "Como se hace habitualmente los fines de semana, fuimos al bar. El sargento, que estaba de guardia, tomó unas cuantas copas y un poco antes de cerrar pasó todo", explicaron. El Hogar del Soldado permanece abierto los fines de semana hasta la una de la mañana y soldados y mandos pasan la noche en el bar o viendo películas.

Según los jóvenes, Miravete "comenzó a dar voces y a jugar con la pistola" hasta que se encaró con Samuel. "Le dio la pistola, ordenó que la cargara y le dijo que le disparara en la cabeza. Samuel se negó y la metió en la cartuchera. Sin mediar palabra, el sargento desenfundó y le disparó en el pecho".

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Los soldados explicaron que "las relaciones con el sargento han sido siempre buenas". "Es joven y de buen trato pero cuando bebe se transforma. Alguna otra vez ya había montado, broncas, pero nunca había llegado a esto", agregan. Vecinos del sargento en Jaca confirmaron a Efe los problemas del suboficial con el alcohol. Según estas fuentes, Miravete hacía "una vida relativamente normal", y "aunque últimamente no bebía", si probaba el alcohol "la montaba".

Juan Carlos Miravete, natural de Mesanza (Ciudad Real), lleva cinco años destinado en Jaca y con anterioridad estuvo en otros acuartelamientos de la provincia.

En Candanchú se encuentra la compañía de esquiadores y escaladores de la Escuela de Alta Montaña, la unidad de montaña de élite del Ejército español. Según los testimonios de los compañeros de la víctima, "el régimen de vida es duro". "Pasas muchas horas en condiciones muy difíciles, con nieve y mucho frío, tienes que escalar, hacer marchas, y luego no puedes salir. En la temporada de esquí hay muchos sitios en los que no podemos entrar y los precios tampoco nos permiten salir por Candanchú y fuera de temporada está casi todo cerrado", indican. La vida se hace de fórma permanente "en el interior del cuartel".

Samuel Ferrer, según sus compañeros "no entraba en problemas y tenía un carácter muy majo. No se entiende cómo el sargento se encaró con él porque nunca habían tenido problemas".

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