Un enclave condenado a morir

Las cuatro casas bajas de la calle de la Duquesa de Tamames entre las que se asentaba el despacho de droga desmantelado el jueves están condenadas a muerte. El Ayuntamiento de Madrid ya ha comunicado a sus ocupantes, no más de 20 personas, que el próximo 21 de mayo se procederá al desalojo de las vi viendas. La orden dará respuesta a las demandas de numerosos vecinos, alarmados por la proliferación de delitos que ha implicado la venta de droga en el lugar. La orden se basa en que las citadas casas fueron expropiadas por el Ayuntamiento con el objetivo de ensanchar la calle. La medida, sin embargo, no se ejecutó inmediatamente y fueron rápidamente ocupadas. Y ahora quienes las habitan no quieren ni oír hablar de su demolición. "Vivimos de la pensión de mi marido. Apenas llegamos a fin de mes y no tenemos nada que ver con la droga y esos jaleos. ¿Adónde iremos si nos echan?", se preguntaba Socorro Heredia Valbuena. La anciana sostenía en su brazo unos maderos rescatados del basurero. "Nos darán lumbre esta noche" añadió. Tampoco era mejor la situación de Antonia Díaz, vecina de La Canaria. "Vivir en la calle, eso es lo que me espera a mí y a mis hijos, si nos echan. Y nosotros no molestamos a los vecinos", dijo."Allí se vende droga desde finales de 1995. A los toxicómanos les da igual que sean niños los que la vendan. Hay mucha violencia. No dejan de registrarse robos y amenazas. La situación es terrible, las mujer es apenas pueden ir solas" afirman en la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto, una de las más activas de Madrid. Sus representantes no sólo piden la intervención policial, sino también de los servicios sociales.