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El retraso de los nuevos quioscos del Retiro obliga a servir el aperitivo en cuatro carpas

Antonio Jiménez Barca

Los adjudicatarios de los quioscos del Retiro, de propiedad municipal, han tenido que acudir a una solución de urgencia para servir una cerveza. Debido al retraso que lleva la construcción de los nuevos puestos -los antiguos fueron derribados en invierno-, han instalado unas carpas de plástico. De esta manera provisional, y hasta agosto, fecha en que se prevé que estén los 12 nuevos puestos terminados, se podrá aliviar la sed del paseante y el descalabro económico del quiosquero. El retraso se debe a la tardanza del municipio en elaborar el papeleo pertinente.

Para comenzar la construcción de los nuevos puestos -cuya adjudicación fue aprobada en un pleno municipal de noviembre- era necesario el informe preceptivo y posterior visto bueno del Área de Obras (para controlar las canalizaciones), de la de Medio Ambiente (para comprobar que no se dañaba de forma irreversible ningún árbol) y de Patrimonio (por si en el subsuelo aparecían restos arqueológicos). El retraso a la hora de redactar estos informes ha provocado que sólo tres de los 12 quioscos previstos hayan empezado a construirse, otros tres empezarán en breve y tres todavía están pendientes del permiso municipal definitivo, que según los quiosqueros y el Ayuntamiento llegará en cuestión de días.Mientras tanto, y viendo que el buen tiempo se les echaba encima, los adjudicatarios acudieron hace dos semanas al Ayuntamiento y le pidieron permiso para instalar unas carpas provisionales de plástico. El municipio accedió y el martes pasado los dueños se afanaban en poner a punto sus nuevos locales a fin de que funcionen antes del fin de semana. En total, se han instalado cuatro carpas, dos al lado del estanque, una cerca de la zona de la Rosaleda y otra en el paseo de Coches. El beneficio se lo repartirán entre los 12 adjudicatarios de los quioscos. "No sólo somos nosotros los que lo solicitamos", contaba el martes José María Martínez, uno de las personas que regentarán un quiosco, "es la gente". En efecto, en menos de cinco minutos tres personas solicitaron un refresco pensando que ya estaban abiertas.

Martínez, de 57 años, todo un veterano en vender horchatas en el Retiro (lleva más de 30 años), cuenta que el negocio "da para sacarse sólo un sueldecillo" y confía en que "todos los puestos estén en agosto". "Eso es lo que nos han asegurado las empresas que los construyen", añadió el vendedor.

Los 12 quioscos, que se repartirán a lo largo de todo el parque, tendrán todos un modelo parecido, impuesto por el Ayuntamiento: lucirán un aire herreriano compuesto por un tejado de pizarra y un remate inspirado en El Escorial a fin de que "se adecuen al entorno arquitectónico del parque", según el municipio. Ocuparán una superficie que oscilará entre los 44 y los 100 metros cuadrados de planta. A su lado se instalará una terraza de 400 metros cuadrados como máximo. La concesión de estos quioscos es por una duración de 10 años.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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