El batallón desconocido

La batalla por la toma del cuartel general francés del Retiro no fue larga, pero sí intensa. Gregorio Ignacio Yánez, codirector de las excavaciones, explicó ayer que la batalla "no debió de durar más de un día, y acabó con la fuga de los franceses".A pesar de la brevedad del enfrentamiento, han aparecido restos de la lucha por toda la finca excavada. Pero la mayoría se ha descubierto en una de las dos albercas. Posiblemente, estos objetos fuesen tirados allí, años después, para cegarla, una vez que la Real Fábrica de Porcelanas había quedado destruida y su reconstrucción era imposible.

En concreto, se han encontrado unas 500 balas de mosquete, chapas de gorros, guarda manos, escudos, ballestas, piedras de fusil, proyectiles de poyada (primitivas granadas) y la chapa de una cartuchera del cuerpo de Fusíleros de la Infantería de Marina española. "Esta chapa tiene un especial valor", relata Yáñez, "porque es la única que se conserva en España. También hemos encontrado una chapa de gorra francesa con las garras de un águila. Todo esto está siendo estudiado por los expertos del Museo del Ejército y del Ministerio de Defensa, dado el valor que estos materiales encierran", relata Yáñez.

Espías de porcelanas

Además de los objetos militares, los arqueólogos han desenterrado abundantes restos de la porcelana de la Real Fábrica. Al estar declarado secreto por el rey todo el complejo industrial, los manufacturas defectuosas o rotas no podían ser tiradas al exterior. Temían que los espías de otras naciones se hiciesen con algunas de estas piezas y copiasen el método con el que eran fabricadas.

Por eso, las piezas desechadas eran enterradas en el propio Retiro, diseminadas por varios lugares para evitar la creación de un auténtico vertedero de porcelana fácil de descubrir.

Los expertos se han topado con algunas de estas piezas, en ocasiones casi intactas. Enumeran pequeñas figuras, bustos, vajillas, jarrones... Según los arqueólogos de la Comunidad, el descubrimiento de estas porcelanas es muy importante. "Hasta ahora nunca se había analizado la porcelana del Retiro porque para hacerlo había que destruir alguna de las únicas 2.000 piezas existentes en el mundo. Ahora, al haberse encontrados trozos ya rotos, los análisis podrán llevarse a cabo y conocer mucho mejor cómo se fabricaban".

La porcelana del Retiro, gracias al apoyo real, logró en 1804 convertirse en una de las primeras del mundo. Sus piezas fueron consideradas mejor, incluso, que las de Sévres.

Sin embargo, la guerra acabó con todo. Los historiadores españoles consideran que cuando el duque de Wellington tomó el Retiro, tras la batalla destruyó la fábrica para evitar que compitiera con las británicas. La expertos ingleses niegan este extremo. Cuando acabó la guerra, Fernando VII no quiso reconstruirla.