Los arqueólogos se topan en el Retiro con los restos del cuartel general del ejército napoleónico
El Retiro empieza a mostrar sus secretos. Los arqueólogos de la Comunidad, que trabajan desde 1996 en el llamado Huerto del Francés, donde el Ayuntamiento quiere hacer un jardín, ha desenterrado un sistema hidraúlico que suministaba agua y limo a la desaparecida Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro. Al excavar se han topado también con restos de una batalla de la Guerra de la Independencia. Británicos, franceses y españoles lucharon aquí para tomar el cuartel general napoleónico, habilitado en la fábrica, que ahora los técnicos han podido ubicar con exactitud.
Cientos de balas, gatillos, restos de mosquetones, morriones, insignias y chapas de los ejércitos napoleónicos, británico y español del siglo XIX han aparecido en una esquina del parque del Retiro, en la zona llamada Huerto del Francés. Son los restos de una batalla de tres horas por la conquista del cuartel general del ejército napoleónico durante la Guerra de la Independencia, cuya exacta ubicación ha sido, por primera vez, desentrañada.Siempre se ha sabido que allí se encontraba el fortín napoleónlco, pero nunca se había ubicado con exactitud su perímetro en un plano como el que ilustra esta pagina.
Los técnicos de Patrimonio que excavan la zona donde se levantaba el principal fortín militar imperial y la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro trabajan a marchas forzadas desde el pasado año para desenterrar este hallazgo y dejar la zona libre para que el Ayuntamiento de Madrid inaugure en mayo unos jardines. Una parte de las construcciones quedarán expuestas al público rehabilitados.
Desde hace unos diez años, Patrimonio ha querido excavar este parte del Retiro, dada la gran cantidad de restos de valor que podría contener el lugar. Nunca fue posible. El parque está declarado jardín histórico desde 1935 y zona arqueológica del recinto histórico de Madrid desde 1993.
Sin embargo, los deseos del Ayuntamiento de ajardinar esta degradada parte del Retiro -en 1995 se llegó a organizar una prueba de selección para un rally a condición de rehabilitarlo- hizo que Patrimonio exigiese su derecho a excavar antes de que las máquinas municipales entrasen.
Los trabajos arqueológicos dieron pronto sus frutos. Los técnicos desenterraron los restos de dos albercas de los siglos XVII y XVIII y sus dos norias correspondientes. La noria más moderna servía para decantar las tierras que se utilizaban para fabricar la porcelana. Todo esto se conservará en el lugar.
La Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro fue mandada construir por Carlos III. Sus máquinas, utillaje, materiales y operarios fueron traídos desde Nápoles en 1743. En total, se trasladaron 225 personas y 422 arrobas de pasta de porcelana, la misma que empleaban las afamadas fábricas italianas. Todo el complejo fue declarado secreto y se mantenía día y noche fuertemente custodiado por las tropas reales para evitar el espionaje.
En 1808, los franceses convierten la fábrica en su cuartel y fortifican todo el perímetro. En 1812, las tropas anglo-españolas lucharon con éxito por su conquista.
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