Matización
El sábado 22 de marzo apareció en su periódico mi nombre y una referencia totalmente infundada a mi libro Orígenes de la diversidad humana, que me gustaría matizar para que desaparezca cualquier tipo de duda que la citada información pueda haber suscitado, sobre mi persona y obra, entre los lectores.Cuando se dice que la UNED retira varios capítulos del libro, debería comentarse que la UNED planificó usar el libro al comienzo de curso, valorando positivamente su "calidad docente". Tras los comentarios de algunos alumnos se decidió no incluir "como materia de examen", por su complejidad de comprensión, dos de los 12 capítulos.
Sobre algunos contenidos de esos dos capítulos, una asociación no gubernamental, sin ninguna relación con la universidad, ha vertido a la prensa opiniones absolutamente falsas que perjudican mi integridad como científico y como persona, así como a la comunidad en la que desarrollo mi trabajo.
En ningún momento se justifica ninguna teoría que propugne la inferior inteligencia de los hombres negros o las mujeres a partir del tamaño de sus cerebros, entre otras muchas cosas, porque "tal teoría no existe". Los datos que se describen, publicados en revistas internacionales avaladas por comités científicos de prestigio (referenciadas explícitamente en el libro), tienen un carácter "descriptivo". En ciencia, ninguna descripción supone una explicación de los hechos.
Tampoco existe el menor atisbo de xenofobia, ni siquiera indirecto, entre otras razones, porque la xenofobia es una "actitud", tema totalmente ajeno a los contenidos de esos dos capítulos.
Desde mi punto de vista, los medios de comunicación deberían poner un cuidado especial al informar sobre este tipo de cuestiones socialmente sensibles. Constatar una diferencia no conlleva "en ningún caso" sugerir un trato social o legal desigual. La investigación científica de las diferencias nada tiene que ver con la rotunda igualdad legal y social, por la que todos los demócratas luchamos a diario.
Finalmente, creo sincera y honestamente que los estudiantes de Psicología deberían discutir abiertamente con sus profesores los temas o argumentos científicos que, por alguna razón, consideren confusos (en especial en cuestiones socialmente sensibles) antes de usar otras vías. Se supone que la universidad constituye el foro de discusión científica por antonomasia. Hagamos honor a este supuesto.-
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