La UE reduce las capturas pesqueras entre un 20% y un 30% en cinco años

Europa seguirá embridando en los próximos cinco años a su flota pesquera para no esquilmar los caladeros. El Consejo de Ministros de Pesca de la Unión Europea (UE) logró ayer un acuerdo para reducir el "esfuerzo pesquero", que al final se traduce en el nivel de capturas, entre un 20% y un 30% para los caladeros más amenazados. La pesca artesanal queda excluida. El sacrificio español será muy inferior, gracias a las reducciones anteriores.

La comisaria Emma Bonino se mostró satisfecha. Tras nueve meses de forcejeo con los ministros sobre el cuarto Programa de Orientación Pesquera (POP), "hemos logrado dotar de estabilidad al sector durante cinco años", dijo. Sin embargo, Bonino reconoció que le habría gustado Ilegar más lejos" en la apuesta conservacionista.Y es que, en su primer proyecto, las reducciones eran más ambiciosas. Llegaban al 40% para las especies en peligro de extinción, del 20% al 30% para las problemáticas y al 12% para las bien conservadas. El objetivo es descontar el aumento de capacidad extractora que permiten los avances técnicos.

Al final, las reducciones quedaron en un 30% para los caladeros en peligro (merluza, bacalao y sardina) y del 20% para los sobreexplotados (rape, lenguado, caballa, atún, pez espada y cigala). Los otros se mantendrán estables. Expertos de la Comisión calculaban que, en conjunto, el sacrificio exigido a las flotas se ha suavizado un 2%, dada la presión de los ministros.

Entre quienes con razón cantaron victoria destacaba la delegación española. Pese a las zancadillas británicas y francesas, Bonino logró mantener su principio de que los márgenes obtenidos en el programa anterior (de 1992 a 1997) por los países más cumplidores se compensen en el programa aprobado ayer.

Como la reconversión pesquera española sobrepasó en los seis años citados los objetivos de reducción fijados, "España no va a tener que efectuar reducciones en su flota pesquera por imperativo de la UE", aunque podrán hacerlas quienes quieran acojerse a las ayudas de reconversión, concluyó, eufórica, la ministra Loyola de Palacio.

Las reducciones aisladas en algún segmento para la flota española no sobrepasarán el 10%. Por un lado, la buena herencia de su antecesor, Luis Atienza, ha beneficiado a De Palacio. Por otro, la ha administrado con acierto, en una dura y compleja batalla intracomunitaria.

Dos grandes logros

Además de este doble principio de reducción y de utilización de remanentes de las sobradas reducciones anteriores, el nuevo programa pesquero consagra otros dos grandes logros. Uno es el mantenimiento de la situación de la flota artesanal, que se define como la compuesta por barcos de hasta 12 metros de eslora, con un criterio más generoso que el de 10 metros propuesto por Bruselas. Se salva así la actividad pesquera más generadora de empleo. 11.000 barcos españoles no deberán reducir sus capturas.

El otro logro es la vigencia del programa, finalmente de cinco años, lo que permite una aplicación suave de los sacrificios. La Comisión pretendió un período de seis años, pero algunos Gobiernos lo reducían a tres. Al Final se optó por cinco.

Ambos logros fueron producto de una batalla de titanes. Dos de ellos, el británico Toni Baldry y el francés Phillippe Vasseur, votaron en contra, sin formar minoría de bloqueo. Francia lo hizo escudándose en la conveniencia de que el programa se limitase a tres años, hasta 1999, cuando finaliza el programa de ayudas ya presupuestadas.

En realidad, Vasseur pretendía la aprobación del programa pesquero, pero con su voto en contra por razones preelectorales. "El compromiso político de superar esa fecha [de 1999] nos ayuda a reclamar para después los fondos estructurales necesarios", valoró De Palacio.