Campaña mundial contra la malaria
Un intrincado y relativamente reducido mundo de emociones e intereses rodea la malaria, uno de los mayores retos de salud mundial. Pero ahora, y coincidiendo con el centenario de la identifIcación del parásito que la causa (el Plasmodium), un surtido de instituciones oficiales de países desarrollados y agencias internacionales ha decidido, con el impulso de Estados Unidos, que la situación actual de la malaria en Africa, el continente más afectado, no puede continuar.Convocados por Harold Varmus, director general de los poderosos Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de Estados Unidos, representantes del Gobierno francés, el Instituto Pasteur, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco Mundial y científicos británicos, entre otros, suscribieron el pasado mes de enero en una reunión celebrada en Dakar (Senegal) un documento que llamaron El espíritu de Dakar. En él señalan la urgencia de tomar medidas para controlar la malaria en el continente africano, antes de que se produzca un desastre.
La malaria causa unos 300 millones de casos anuales y entre dos y tres millones de muertos cada año. Nueve de cada 10 Muertos son en el África subsahariana. Tras dedicar en los últimos 30 años ingentes cantidades de dinero a obtener vacunas, Estados Unidos, a través de sus fuerzas armadas, no ha cosechado más que fracaso tras fracaso y parece haber decidido que es hora de replantear sus esfuerzos.
La cumbre de Dakar fue el inicio de una campaña que ha seguido esta semana con un amplio despliegue en la revista científica Nature. La pretensión oficial de esta Iniciativa Multilateral para la Malaria en África, como se ha denominado, es aunar esfuerzos para luchar contra la enfermedad en este continente, ante el inminente desastre que se anuncia.
"No entiendo bien a qué viene todo esto,", dice Pedro Alonso, epidemiólogo español que realiza ensayos clínicos en África y asistió a la cumbre de Dakar. "De repente se unen las agencias internacionales con prestigiosos centros de investigación para poner la malaria en el centro de la agenda científica, algo que me parece muy bien y por lo que llevo años abogando, pero no sé si tiene que ver con la crisis de los Grandes Lagos o con otros factores geoestratégicos.
La comunidad internacional tiene la responsabilidad de reconocer que la malaria, como la epidemia de sida, es un desafío muy importante y comprometerse para hacer más, para prevenir el desastre que se anuncia en Africa, concluyen los firmantes del documento, entre ellos Tore Godal, director de la división de enfermedades transmisibles de la OMS y el propio Varmus.
Es el momento de situar el control de la malaria en la agenda global, titula la revista Nature, que aboga por la investigación continuada sobre la enfermedad. Para ello hacen falta fondos y por ahora no los hay, como se comenta en la única acción tomada desde la cumbre de Dakar, la solicitud de proyectos de cooperación de investigación en malaria para su análisis en una reunión posterior. Ha quedado clara ya la buena disposición del Banco Mundial, que ha aumentado mucho los fondos dedicados a proyectos sanitarios. La malaria figura por primera vez en el programa de la próxima cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA) y en el de la reunión, el mismo mes, del Grupo de los Siete.
Se estima que sólo se gastan en el mundo, entre sector público y sector privado, 84 millones de dólares anuales (11.800 millones de pesetas) en la investigación para combatir la malaria. El lanzamiento formal de la iniciativa, con fondos y proyectos concretos, puede darse este mismo año, aunque probablemente no empezarían las actividades hasta el año 2000. El horizonte de trabajo es de 30 años.
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