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El presidente de Zaire rechaza el ultimátum rebelde para que dimita

El veterano presidente zaireño, Mobutu Sese Seko, ha rechazado el ultimátum del jefe de las fuerzas rebeldes, Laurent Kabila, quien el pasado miércoles le había dado un plazo de tres días para dejar el poder. El ultimátum venció ayer. "Soy un jefe de Estado y no tengo por qué recibir el ultimátum del jefe de una banda", declaró ante los periodistas en el momento en que recibía al nuevo primer ministro de Zaire, general Likulia Bonkongo.

La negativa del debilitado mandatario se produjo mientras centenares de antiguos soldados gubernamentales decidían pasarse a las filas insurgentes, que controlan ya la mitad del rico país centroafricano, incluidas las minas de diamantes, cobre, cobalto y oro desde su levantamiento en armas el pasado octubre.Mobutu, de 66 años, que mostraba ayer mejor aspecto físico en su covalecencia de una operación de próstata, no descartó, sin embargo, mantener negociaciones directas con Kabila. "Si me lo pide educadamente, no puedo negarme a hablar con un compatriota", dijo. Agregó el presidente que no tenía intención de seguir los consejos de los países occidentales para que dimita, ni tampoco de exiliarse. "No soy [miembro] de una colonia de los occidentales, que están ayudando con armas a Kabila por el cobre, el cobalto, el oro y los diamantes, y no porque les guste Zaire", contesto el mandatario.

Mobutu decretó el estado de emergencia el pasado martes y designó al general Bonkongo como primer ministro después de destituir a su antiguo enemigo, el líder opositor Etienne Tshisekedi, quien estuvo en el cargo menos de una semana. El jefe del Estado declaró también que no era cierto que las tropas de Kabila, que el miércoles capturaron Lubumbashi, la segunda ciudad del país, se encuentren a 300 kilómetros de la capital, Kinshasa.

Entretanto, Kabila desveló ayer desde el cuartel general de las fuerzas rebeldes en Goma, al este del país, los planes de un atentado contra él organizado por el Gobierno de Mobutu, que habría comprado armas para ello, según dijo, en Francia.

Mientras prosiguen los combates en Zaire, más de 90 ruandeses murieron ayer de malnutrición en las inmediaciones de la ciudad de Kisangani, lo que eleva a 600 el número de refugiados fallecidos en la zona durante la última semana, según informó un portavoz de la ONU.

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