"¡Nunca más!"
"¡Nunca más! ¡Nunca más odio e intolerancia! Esta es la lección que nos enseñan este siglo y este milenio que está próximo a su fin. Este es el mensaje con el que comienzo mi visita pastoral. La lógica inhumana de la violencia debe ser sustituida por la lógica constructiva de la paz", dijo ayer el Papa Juan Pablo II en el discurso que pronunció nada más besar tierra de Sarajevo, en el aeropuerto."El instinto natural de venganza debe rendirse al poder liberador del perdón, que ha de poner fin a todas las formas extremas de nacionalismo y a los conflictos étnicos que generan. Como en un mosaico, cada parte de esta región debe recibir garantías de que su identidad política, nacional, cultural y religiosa será salvaguardada. La diversidad es una fuente de enriquecimiento, cuando se convierte en esfuerzo unido al servicio de la paz, para la construcción de una Bosnia-Herzegovina verdaderamene democrática", añadió.
Juan Pablo II, que apareció en buena forma y bajó la escalera del avión sin dificultades especiales, respondió con estas palabras a la bienvenida del presidente bosnio, Alia Izetbegovic, que cargó las tintas en la condena del comportamiento de la comunidad internacional ante la guerra en Sarajevo.
"Cuando nuestros camposantos se llenaron, transformamos en cementerios nuestros jardines, nuestros parques y nuestros patios. Incluso un campo de fútbol ha sido utilizado como cementerio. Y mientras se realizaba el drama, que duró casi 1.300 días, algunas personalidades del mundo, bastante poderosas como para detener la violencia, cerraban los ojos. Callaban indignamente frente al genocidio y a oleadas siempre nuevas de brutal limpieza étnica que destruían el tejido del país. Pero usted no callaba", dijo Izetbegovic.
El presidente bosnio Izetbegovic, que es musulmán practicante y fervoroso, manifestó que esta visita del Papa Juan Pablo II "es acogida igualmente por todos los hombres de buena voluntad, con independencia de su religión, nacionalidad e ideología". "Sarajevo", añadió, "es y seguirá siendo recordada como el lugar de resistencia y desafío a la violencia y a la injusticia".
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