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LA INMIGRACIÓN ILEGAL

Las redes de contrabando de hachís de Marruecos toman el control del 'mercado' de la inmigración

Las redes marroquíes de contrabando de tabaco y hachís han encontrado un filón en el tráfico clandestino de personas a la Península. Aprovechando su sólida infraestructura y su experiencia en el trasiego por el estrecho de Gibraltar, estas organizaciones se hallan detrás de buena parte de la inmigración ilegal que llega a las costas españolas, principalmente a las andaluzas, según consta en un informe oficial del Ministerio del Interior. Así, el número de los africanos detenidos en Andalucía, ha crecido en tan sólo dos años en m 85%: de 4.189 en 1994 se ha pasado a 7.741 en 1996.

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La facilidad con que los inmigrantes magrebíes y subsaharianos llegan a las costas españolas tiene ya una explicación. "La intervención en esta inmigración de organizaciones tradicionalmente dedicadas al contrabando de tabaco o hachís, atraídas por los cómodos beneficios y la impunidad, facilita que dicho tráfico se realice cada día con mayores garantías de éxito, ya que aportan sus medios y experiencia en el paso del Estrecho", reza el documento oficial de Interior, que hace un análisis pormenorizado de toda la problemática de la inmigración en la actualidad.Y es que si algo preocupa al ministerio es el perfeccionamiento de las técnicas de entrada clandestina en la Península que están aportando estas organizaciones, que tienen "conexiones" con redes europeas que consiguen también pingües beneficios del negocio de la inmigración ilegal. Esas conexiones comenzaron a insinuarse a mediados del pasado mes de marzo, después de que 11 inmigrantes magrebíes que viajaban escondidos en un camión muriesen en un accidente de tráfico en Figueres (Girona).

Fuentes de la investigación han explicado que las organizaciones marroquíes terminan su tarea cuando el inmigrante llega a las costas españolas, momento en el que entran en acción las "redes europeas", que acogen a los ilegales para distribuirlos por toda la Península.

La Guardia Civil ha comprobado que las redes marroquíes cuentan en la costa española, sobre todo en el Campo de Gibraltar y en Almería, con apoyo logístico de pesqueros, transportistas y empresarios españoles. Algunos patrones que faenan en la zona del Estrecho, según las citadas fuentes, se ofrecen a ellas para trasladar inmigrantes por un precio que oscila entre las "100.000 pesetas y las 150.000 por servicio".

Una vez en la Península, participan en el negocio algunos transportistas, taxistas en la mayoría de las ocasiones, que "actúan individualmente trasladando a los inmigrantes a diferentes puntos del interior donde pueden encontrar trabajo con cierta facilidad". Cuando el inmigrante ha conseguido superar todos los obstáculos, intervienen los "receptores", es decir los "empresarios que contactan con las organizaciones con el fin de que les faciliten mano de obra barata".

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Ceuta, Melilla y, en menor medida, Tánger son los puntos de partida que las redes de traficantes de inmigrantes emplean en sus operaciones para llegar a la Península. Las embarcaciones que parten de Ceuta y Tánger tienen como destino toda la zona del Campo de Gibraltar, que comprende localidades de la costa gaditana como Algeciras, Tarifa o Barbate. Aquellas operaciones que se montan desde Melilla suelen tener como destino la costa de Almería.

La estructura básica de estas redes, según las anteriores fuentes, es la siguiente: promotor, intermediario, reclutador, acompañantes y pateristas. El promotor es el creador de la organización. Es propietario de alguna embarcación y es quien impone los precios, normalmente entre 70.000 pesetas y 150.000 por inmigrante, dependiendo de la distancia y del tipo de embarcación.

Más seguro, más caro

Cuanto más seguro es el medio de transporte, más caro es el viaje. El promotor, a además, mantiene la coordinación entre los diferentes miembros de la organización. Fuentes de la investigación han precisado que los promotores suelen estar en el zoco chino de Tánger; en los cafetines de Beni-Enzar, cerca de Melilla, y en las proximidades de Ceuta.Los reclutadores son los encargados de buscar a los inmigrantes clandestinos. Son quienes consiguen documentos falsos para ellos y les ponen en contacto con patrones de embarcaciones o taxistas en la Península. Además, tienen la misión de facilitarles alojamiento en los puntos de partida y les aleccionan sobre las actitudes que deben tomar en caso de ser atrapados durante la travesía o ya en España.

Los intermediarios y los acompañantes son personas que pueden hacer varias funciones dentro de la organización, aunque la principal es la de enlace entre los distintas partes.

Por último, están los pateristas, piezas fundamentales en la estructura de las organizaciones dedicadas al tráfico de inmigrantes. "Son claves en la inmigración clandestina. Al residir en poblaciones cercanas al Estrecho, son perfectos conocedores de la zona, así como especialistas en su paso. Son los verdaderos artífices del paso clandestino", dicen fuentes de la investigación.

El paterista es propietario de una pequeña embarcación que, históricamente, se ha dedicado a la pesca o al pequeño contrabando. Ahora se han integrado en las redes de tráfico de inmigrantes y su participación es considerada "fundamental" por las fuentes consultadas. Para mejorar sus prestaciones, los pateristas han incorporado motores fueraborda en sus embarcaciones, circunstancia que ha hecho que el trayecto sea más rápido y seguro.

Un informe oficial destaca que las redes que antes se dedicaban al contrabando de tabaco y hachís han cambiado su actividad por "los grandes beneficios" que obtienen con el tráfico de inmigrantes y por la "gran impunidad" con la que están actuando. En algunas ocasiones, incluso, intentan matar dos pájaros de un tiro: obligan a los inmigrantes ilegales a trasladar droga a la Península.

En total, la Guardia Civil ha detectado casi medio centenar de puntos negros en la costa andaluza, la mayoría playas en las que logran desembarcar, casi siempre de madrugada, los pateristas.

No obstante, ésta no es la única forma que las redes marroquíes utilizan para el traslado de los inmigrantes, aunque sí la más importante. En algunos casos, llegan ocultos en contenedores de pesqueros españoles o en buques extranjeros.

Fuentes de la investigación han explicado que se ha logrado detectar a tres buques con bandera extranjera que introducen inmigrantes ilegales y que atracan periódicamente en Cádiz, pero contra los que no se puede actuar al llevar enseña "de conveniencia".

Paso individual

Al margen de estas organizaciones, la Guardia Civil está muy al tanto del "paso individual' , es decir de aquellos inmigrantes que intentan pasar a Europa por la frontera española con sus propios medios.En este caso se distinguen los turistas y los estudiantes. Son inmigrantes que tienen su visado en regla por un tiempo, pero cuya intención es permanecer indefinidamente en la Península. Su objetivo, según fuentes de la investigación, es buscar un trabajo, para lo que "esperan ayuda de otros compatriotas u organizaciones no gubernamentales".

La inmigración individual está teniendo, además, otras consecuencias: cada vez es más frecuente que en los puestos fronterizos se detecte documentación falsa. Los documentos falsificados, que, si son buenos, se llegan a cotizar a 160.000 pesetas, son contratos de trabajo, pasaportes y autorizaciones de residencia. Fuentes oficiales han explicado que también se han detectado "usurpaciones de personalidad" con la acreditación de documentaciones expedidas a nombre de terceras personas.

Uno de los momentos en los que es más difícil el control de la inmigración clandestina es durante el verano, con la operación Paso del Estrecho, cuando un millón de magrebíes procedentes de casi toda Europa cruzan a África a través del Estrecho. "Los inmigrantes ilegales se mezclan con el resto de pasajeros e intentan superar los controles policiales, que en esa fecha se ven desbordados", concluyen fuentes de la investigación.

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