El tratado con Minsk hizo rodar cabezas

Las tensiones desatadas en visperas de la firma del tratado entre Rusia y Bielorrusia el pasado 2 de abril en Moscú han hecho rodar cabezas en el Kremlin, o por lo menos así ha sido presentado el cese del principal ayudante de política internacional. de Borís Yeltsín Dmitri Riúrikov, y su sustitución por Serguéi Yastrzhembski, de 43 años, que seguirá actuando como secretario de prensa y vicejefe del Gabinete presidencial.

Una fuente del Kremlin citada por la agencia Itar-Tass señaló que el presidente estaba "muy, insatisfecho" por el nivel de, los documentos que fueron sometidos a su firma y a la del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko. Las fuentes consideraron que uno de los responsables era Riúrikov, un experto en política internacional que se curtió cómo diplomático en Irán y en Afganistán durante la intervención soviética.

El borrador del tratado con Bielorrúsia, que fue vaciado de su contenido en un esfuerzo de última hora, alarmó a los sectores liberales, que temían por el futuro de la. democracia y la reforma en Rusia. Ayer, en una alocución radiofónica, Yeltsin trató de calmar los ánimos asegurando que Rusia hará todo lo posible para que los valores democráticos y la libertad de expresión y prensa sean un logro común de la Unión. El líder admitió que las reformas en Bielorrusia van más lentamente que en Rusia. El acuerdo con Bielorrusia, dijo el líder, no supone que Rusia vaya a considerar secundarios los problemas de los otros socios en el marco de la CEI. "Continuaremos desarrollando y reforzando las relaciones con los países de la CEI, señaló Yeltsin, La unión con Bielorrusia será objeto de un debate público que concluirá a finales de mayo. "No oculto que algunos Políticos creían posible firmar un tratado y unos estatutos. que ponían a nuestro pueblo frente a un hecho consumado. Esto no es correcto. Para tomar una decisión tan importante, todos los rusos deben poder expresar su punto de Vista", sentenció Yeltsin.