Un relevo que rebasa el de la transición y el del PSOE

La sustitución que ha hecho el Gobierno del PP en la Administración es espectacular. No tiene precedentes en comparación con la transición del franquismo a la democracia ni del cambio de UCD al PSOE en lo que se refiere a las élites político-administrativas o directores generales. El relevo del 88% de los directores generales (véase cuadro en esta misma página donde se especifica su cualificación profesional) no tiene parangón posible.El profesor Salvador Parrado Díez, en su tesis sobre el cambio de las élites político-administrativas en España de el programa 1982-1991, presentada en la Universidad Complutense de Madrid, en la que analiza el proceso de transformación de UCD al PSOE, calificó de "auténtica purga" y de "politización del cambio" los relevos realizados por Felipe González en la Administración en 1982 al cambiar casi al 80% de los directores generales. "Los datos de 1982 confirman la existencia de una politización del cambio, pues en el traspaso de poderes de un Gobierno a otro se renovó casi automáticamente el 80% de las élites político-administrativas", dice el profesor refiriéndose a 1982.

Parrado Diez hace también una incursión en la transición del franquismo a la democracia y concluye que fue renovado el 60% de las élites político-administrativas. "Durante todo el periodo de la transición a la UCD, las élites político-administrativas fueron sustituidas de forma gradual hasta alcanzar el 60% de las mismas. Se produjo un cambio de élites", afirma el profesor Salvador Parrado en la tesis.

Quince años después, con una democracia y una Administración más consolidada, hemos asistido a un cambio aún mayor: un 88% de los directores generales del Gobierno del PP, frente al casi 80% del PSOE. El profesor Parrado hace asimismo una referencia al relevo socialista en Francia, con François Mitterrand, en 1981, y apunta como una importante sustitución que se produjo con un 71,5% de los directores generales (directeurs d'Administration), en un periodo de dos años.

Los relevos con el Gobierno del PP han supuesto una auténtica politización, siguiendo la lógica expuesta por el profesor Parrado en su tesis. Hay una lógica absoluta en los relevos de alto nivel político, ejecutados al 100%, como los secretarios de Estado o los subsecretarios.

Pero ya no tiene la misma lógica la espectacular sustitución de los directores generales (88%) y muy poca o ninguna la de los subdirectores generales (46%). Lo mismo se podría decir del gran revuelo en la Administración periférica (no menos de 1.000 cambios) y en niveles profesionales cualificados (no menos de 1.200).

En un análisis más pormenorizado, cabe destacar los espectaculares cambios en los niveles de responsabilidad en la Administración periférica (no menos de 1.000). Ahí cabe apuntar la presión ejercida por las organizaciones provinciales del PP para colocar en posiciones de relieve a personas de su ámbito de influencia.

Los cambios más espectaculares coinciden con los ministerios más sensibles en el terreno social (Trabajo y Seguridad Social, Sanidad, Educación y Cultura) y en el campo político (Interior, los embajadores en Exteriores o la Agencia Tributaria en Economía y Hacienda).

Los cambios también han afectado a niveles profesionales muy variados y afectan a casi todas las ramas de la Administración. Desde las 140 secretarias eventuales de confianza y unidades de prensa de altos cargos o las 180 plazas de secretarias y de apoyo a altos cargos a simples jefes de sección, jefes de seguridad, cancilleres de embajada, cancilleres de consulados generales o vicecancilleres de embajada.

Se han removido directores de museos, interventores auditores regionales, jefes de servicio de programación, jefes de Inspección de Trabajo, jefes provinciales de Correos, jefes de Demarcación Territorial de carreteras, jefes provinciales de Inspección de Comunicaciones a subdirectores de enfermería o directores de centros penitenciarios.