Apabullantes

De su última visita a la capital, a ésta, el veterano trío santanderino liderado por el extraordinario guitarrista hispano-holandés Hendrik Roever ha experimentado una impresionante mejora en su puesta en escena, tomándose la impagable molestia de decorar tanto la sala como el escenario.Para esto se ayudaban con la proyección de diapositivas que prestaban al ambiente una orla de hip-hop psicodélico, así como de las habilidades de un D.J. que, a modo de telonero, fue calentando la atmósfera con las últimas tendencias de baile.

Por fin, Los Del Tonos, tocando junto a unos enormes muñecos que les representaban a ellos mismos y delante de una pantalla que exhibía los nombres de las canciones, se dispusieron a presentar su último album, Ríen mejor, el disco que ha supuesto para ellos la normalización de una carrera profesional parada por obstáculos legales.

El eje

Ni qué decir tiene que Hendrik sigue siendo el eje indiscutible en un trío de músicos que hace su trabajo con una efectividad encomiable. La entrada de un nuevo bajista más dado al slapping ha otorgado al sonido del grupo una solidez roquiza que ha terminado por hacerles desarrollar un funk rock realmente crudo. El grupo ha perdido blues y, con ello, tal, vez algo de deficadeza y capacidad de matizar. Por contra, el efecto producido por canciones como Nada!, Listo o A comer a casa es sencillamente apabullante, como, si cada riff de guitarra, cada figura de bajo, cada break de batería se estrellaran contra el pexo solar del espectador.El grupo, que iba uniendo canciones mediante samplers de música o consignas la información: una de las obsesiones de la banda-, aprovechó también para estrenar una canción nueva, Mejor, color, y mostrar que su intento de no perder la pista al rock de última generación hace de Del Tonos uno de los grupos más contemporáneos del actual panorama musical español.