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Bill Clinton duda si presiona a Netanyahu para que paralice la creación de un barrio judio en Jerusalén

Bill Clinton tiene un fin de semana para decidirse a emplear el lunes con Benjamín Netanyahu, algo cuya mera mención rechazan las fuentes oficiales de EE UU: presión. Netanyahu se entrevistará mañana con el rey Hussein en la clínica de Minnesota donde el monarca jordano se recupera de una operación de cáncer, y el lunes lo hará en la Casa Blanca con Clinton. En vísperas de esas reuniones, todas las partes reclaman a Clinton lo que el rey Hussein llama "un papel más activo". Pero éste no ha encontrado la "fórmula mágica", o, si lo ha hecho, la guarda en secreto.

.,El porvenir del descalabrado proceso de paz en Oriente Próximo vuelve a descansar en una Casa Blanca que ayer sólo reiteraba como mensaje oficial que Clinton está dispuesto a "hacer cualquier cosa" para encarrilarlo y que su equipo trabaja intensamente explorando lo que el presidente de EE UU denomina "pensamiento creativo".¿Se atreverá Clinton a ejercer presión sobre Netanyahu para que paralice la construcción de nuevas viviendas para judíos en Jerusalén oriental?, ¿Aceptará la idea del líder israelí de acelerar el proceso de paz para llegar en cuestión de seis meses a su fase final? ¿Propondrá a tal efecto una reunión tripartita como la de Camp David?. No existían ayer en Washington respuestas a esas preguntas, pero sí un amplio consenso con la idea del rey Hussein de que, ante la gravedad de la crisis, Clinton "no puede limitarse a ser un mensajero".

Yasir Arafat le ha pedido por escrito a Clinton que emplee todos los, medios a su alcance para que el Gobierno israelí detenga la construcción de las viviendas judías en el Jerusalén árabe. Pero Netanyahu asegura que no le hará esa concesión a Clinton, sino que le insistirá en que, antes de cualquier nuevo paso, Arafat debe compro meterse a "combatir el terrorismo". Las dos posiciones parecen irreconciliables.

El jueves, Madeleine Albright le dijo en Washigton al ministro de Defensa: israelí, Isaac Mordechai, que medidas como la construcción de las viviendas en la Ciudad Santa o la ampliación de las colonias judías, en Cisjordania "crean tensión y son de poca ayuda en las negociaciones de paz". Pero la Casa Blanca y el. Departamento, de Estado, según su portavoz Nicholas, Burns, también insisten en que la Autoridad Palestina "debe dejar claro a su población y a todos los grupos que operan en Cisjordania y Gaza que la violencia no es la respuesta, que el terrorismo no es. la respuesta Aunque califica la idea de. "prematura" -"no hemos decidido nada", dicen fuentes oficiales-, Washington no descarta la posibilidad de. proponer a, israelíes y palestinos la celebración de una cumbre tripartita en territorio estadounidense como la celebrada en Camp David en 1978 para sentar las bases de la paz entre Egipto e Israel. Es una idea que, en su fase actual, complace más a Netanyahu que a Arafat.

"Tan pronto como se detenga la violencia contra nosotros", declaró ayer el líder israelí a una cadena de televisión alemana, "podemos aclarar todos los problemas pendientes en seis meses. Si no lo conseguimos en ese plazo", añadió, "Arafat, el presidente Clinton y yo podemos intentar resolver la querella entre israelíes y palestinos en una cumbre a lo Camp David".

Sin rechazar de antemano la fórmula Camp David, los palestinos no ocultan sus dudas sobre que Ia Casa Blanca actuara como un árbitro neutral en una cumbre semejante. Su resquemor se debe a que, pese a haber condenado la construcción de las viviendas en Jerusalén oriental, Clinton ha vetado dos veces resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU censurando esa iniciativa de Israel.

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Netanyahu quiere liquidar en medió año el proceso de paz pactado en Oslo, pasando directamente a su.fase final, en que deben decidirse el futuro de Jerusalen las colonias judías en Cisjordania y Gaza, y los refugiados palestinos, así como, la respuesta israelí al deseo palestino de disponer de su propio Estado. Pero según los acuerdos de Oslo esa fase debería, llegar en 1999 después de, que los israelíes se hubieran retirado, dé las zonas rurales de Cisjordania que siguen ocupando.

Esta semana, Arafat ha sostenido vanas conversaciones telefónicas con Albright, en las que le ha reiterado su deseo de que se respete el calendario. Los palestinos quieren llegar a la hora de la verdad con el máximo territorio posible entre sus manos. Esa posición. recibió ayer el apoyo de Simón Peres.

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