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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Ver el cometa

No es de aconsejar ver el tan anunciado cometa por el hecho de estar catalogado como otro cometa del siglo, ni porque nos será imposible verlo cuando vuelva dentro de 4.000 años, ni por ser un cometa gigante debido a su núcleo -de 40 kilómetros-, ni por su extraordinaria brillantez (muy superior a la del Halley de la última visita), ni por ser excepcionalmente activo, ni por ser fácilmente visible a simple vista, ni siquiera por tener un nombre que parece el anticipo de un número circense: ¡Hale-Bopp!Más bien es aconsejable ver este cometa como excusa para recuperar viejas y buenas costumbres casi perdidas. La vertiginosa vida moderna incita a caminar apresurados por el mundo sin elevar la mirada. Pero hasta hace apenas unas décadas, el firmamento era todo un espectáculo. La vida venía marcada por los ritmos pausados de las luces naturales; las horas las medía el Sol con toda su parsimonia y no un artificio japonés adosado a la muñeca; apenas se conocía el estrés, y la tenue iluminación de pueblos y ciudades permitía que la distracción estuviese en los cielos. Tumbarse en la hierba fresca para mirar la bóveda estrellada siempre fue uno de los pasatiempos nocturnos preferidos. El formidable acervo de leyendas populares que se forjaron entre las estrellas -Andrómeda, Orión, Hércules, etcétera-, enraizadas ya en las mitologías más tempranas, es el abultado bagaje de tantas horas de observación elevada. Sin embargo, hoy día preferimos ver la televisión tras la cena.

Conocemos con exactitud maniática el día y hora en que la caja tonta emite nuestros programas preferidos, pero desconocemos que el planeta Marte es ahora fácilmente visible con su característica tonalidad. rojiza en el cielo nocturno, que la constelación de Orión nos está mostrando su mejor cara, o que hay un cometa en el firmamento que se puede ver incluso desde dentro de las ciudades.

Contemplar el cielo estrellado no es sólo maravilloso, también es gratuito, como las demás cosas esenciales de la vida: el aire que respiramos, la fertilidad de la Tierra, la luz del Sol, el agua que baja por los ríos, el amor, etcétera. Además es una actividad que relaja el ánimo tras, un día tenso. Y, afortunadamente, la bóveda de la noche no ha sido invadida por la publicidad que todo lo invade, al menos por ahora, que no se trata de dar ideas...

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Vea, pues, el cometa, no se conforme con verlo en el telediario de la noche o en las páginas de los periódicos, obsérvelo en directo, y hágalo como excusa para deleitarse con la contemplación de la cúpula estrellada. Si está en el campo, y también si está en la ciudad, podrá ver el Hale-Bopp a simple vista nada más caer la noche, mirando hacia el Noroeste, si el cielo está despejado. Y si se ayuda de unos prismáticos, el espectáculo se magnificará. Gratuito y para todos los públicos.-

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