La última excomunión
El pasado 2 de enero, con firma del cardenal Joseph Ratzinger, la Iglesia Católica excomulgó, por "haberse desviado de la integridad de la fe", al teólogo ceilandés Tissa Balasuriya, oblato, uno de los principales representantes de la teología de la liberación en Asia. El pecado: su libro Mary and human liberation, publicado en 1990 y difundido sin problemas hasta 1993.
Balasuriya fue acusado de atacar los dogmas de la Virgen, de plantear dudas sobre la divinidad de Jesús y de no acatar la doctrina del pecado original. En julio de 1994 el Vaticano le remite 11 páginas de lo que considera errores en su obra. En marzo de 1995 Balasuriya responde. Y en noviembre, la Congregación para la Doctrina de la Fe -heredera de lo que fue el Santo Oficio-, dirigida por Ratzinger, considera las contestaciones "insatisfactorias" y le envía una "profesión de fe" para que la suscriba. Entre otras cosas, se le exigía firmar puntos como: "Reconozco que Cristo, al llamar sólo a hombres como apóstoles, no estuvo guiado por motivos sociológicos o culturales propios de su tiempo, sino que obró de modo libre y soberano. Por eso, acepto y creo firmemente que la Iglesia no tiene facultad de conferir la ordenación a las mujeres".
A partir de ahí, se suscita en la Iglesia un movimiento de apoyo a Balasuriya. En España, se ha adherido el Centro Evangelio y Liberación (CEYL) porque considera que "no se le han interpretado correctamente sus escritos, no se le ha dado oportunidad de defenderse, y, sobre todo, no se le ha tenido en cuenta su sincera, larga y meritoria labor de servicio dentro de la Iglesia".
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