La polémica del derecho de asilo

"España no pretende eliminar el derecho de asilo sino reformarlo de acuerdo con el proceso de integración política que vivimos en Europa". Así lo aseguró Abel Matutes, ministro de Asuntos Exteriores, en una conversación con EL PAÍS, días antes de sufrir el infarto de miocardio del que se recupera favorablemente en una clínica de Ibiza. El ministro añadió que esa reforma concreta del tratado de Maastricht no exigirá, en su opinión, ninguna reforma de la Constitución española.La propuesta formulada por Madrid, que recibió el apoyo de la Unión Europea en la cumbre de Dublín, ha originado una polémica al pronunciarse en su contra instituciones como el Alto Comisionado de la Naciones Unidas (ACNUR) u organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional. El ministro español afirmó que respetaban esas posiciones pero no las compartía.

Matutes afirmó que el derecho de asilo "es una vieja tradición en nuestras democracias por lo que todos somos partidarios de mantenerlo. Lo que ocurre en el caso concreto de los miembros de la Unión es que va a ser objeto de una mínima reforma interna para responder, por un lado, a ese objetivo de integración política, y para que no se desvirtúe un espacio que no tiene fronteras internas".

"La enmienda que defiende España" añadió el ministro, "afirma que a los efectos del derecho de asilo, los nacionales de cualquier país de la Unión Europea serán tratados por ese país como los propios nacionales del mismo país con lo cual no vale la invocación de ese derecho cuando este precepto esté en vigor", agregó Matutes. El ministro aseguró que esa modificación se hará de acuerdo con la normativa internacional y que no afectará a la convención de Ginebra.

Sin embargo, esta reforma, en caso de prosperar, tendrá un alcance limitado. No se aplicará en toda la comunidad sino sólo en aquellos países que decidan incorporarlo a su legislación, ya que formará parte del llamado tercer pilar que, en la jerga comunitaria, se refiere a las políticas de Interior y Justicia. En este ámbito están tratados como el Schengen, sobre la eliminación de fronteras, que no está en vigor en todos los países de la UE.

Limitaciones

El ministro reconoció esta limitación que afectará también a otras políticas como la creación de una policía federal europea. "España quiere que éste principio [la reforma del derecho de asilo] se recoja y se desarrolle. Ocurre que si pretendemos, comunitarizarlo, pasarlo a las políticas comunes y obligatorias, tendríamos dificultades con algunos países que contemplan, por ejemplo, con muchísima reticencia que un hipotético policía federal europeo, de otro país, pueda estar interviniendo frente a sus propios nacionales".Para Matutes, la diplomacia española prefiere "salvar lo sustancial, la esencia de la cuestión -aunque no tenemos nada en contra de se comunitarice- y siendo partidarios de que se consiga consagrar el principio y ponerlo en marcha, no es obstáculo para nosotros que se haga en el tercer pilar".

La modificación del derecho de asilo es una de las iniciativas aunque no la única, que la diplomacia española negocia en el seno de la Conferencia Intergubernamental, que debe dejar lista la reforma del tratado de Maastricht para la cumbre de Amsterdam, prevista para mediados de junio.

El ministro Matutes señaló que es razonable esperar que de la reforma salga una Europa más unida, con unas instituciones reformadas que abren el camino a una inevitable ampliación comunitaria. "Lo más importante de este proceso es que por primera vez en la historia, la posible unidad de Europa se está haciendo por una vía democrática". En ese sentido se mostró partidario de avanzar a pasos "lentos pero seguros", para evitar que, por un mal entendido voluntarismo, se fracase en el empeño. "Las reticencias de algunos países nos dan garantías de no descarrilar", señaló.