Bella historia de una alfombra

Tal como saben los expertos, un gabbeh es una peculiar alfombra persa que ha sido tejida a mano por familias de artesanos nómadas a punto de extinguirse. Los diseños de estas alfombras están basados en motivos de la vida cotidiana, los lugares que se recorren o historias de amor más o menos imaginarias. Esto hace que no haya dos alfombras iguales y que tengan un especial valor sentimental.El interés de Gabbeh, una atractiva producción iraní que ha llegado hasta nuestras pantallas gracias a que la producción cuenta con una pequeña participación económica francesa, reside en narrar de manera entrelazada la historia del amor imposible de una muchacha llamada Gabbeh y la creación de unas alfombras que cuentan su vida sentimental.

De manera desdramatizada, con una buena dosis de fantasía y dando una gran importancia a las imágenes, que tienen una elaborada plasticidad, que en muchas ocasiones las hace parecer bellas pinturas, a lo largo de tan sólo 75 minutos Gabbeh narra cómo una joven se siente atraída por un jinete solitario, que sigue a su familia en los desplazamientos por Irán, y tiembla de amor cada vez que escucha sus aullidos de reclamo.

Gran director

En ella se encuentra todo el arte de Moshen Makhmalbaf, uno de los más importantes realizadores de Irán, que finalmente llega a España con esta película. Tras realizar una quincena de variadas producciones en otros tantos años, demuestra ser un director con una fuerte personalidad y unas peculiares preocupaciones estéticas.Nacido en un barrio pobre de Teherán en 1957, Moshen Makhmalbaf es un cineasta que milita en un grupo político que se opone al Shah, a los 17 años es detenido durante el asalto a una comisaría, y es condenado a varios años de cárcel. Puesto en libertad durante la revolución islámica de 1979, a principios de la década de los ochenta abandona la política. Tras publicar algunos relatos y una novela y estrenar una obra de teatro, debuta como director de cine con El arrepentimiento de Nasun (1983) y se embarca en ello sin haber ido nunca al cine, tal como le gusta subrayar en las entrevistas que concede.

La carrera de Moshen Makhmalbaf llega a alcanzar una proyección internacional con Gabbeh, película que muestra el pleno desarrollo de un personal estilo al narrar la sencilla historia de una alfombra, que también es una muchacha. Mezcla de tradiciones ancestrales con una depurada forma narrativa dentro del panorama de la actual situación social de su país.