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Aznar clausura la asamblea el IPI con un canto a los logros de su Gobierno

El presidente confiesa su "aspiración razonable" a poder ejercer el periodismo

El presidente del Gobierno, José María Aznar, aprovechó ayer en Granada la clausura de la 46ª asamblea general del Instituto Internacional de Prensa (IPI) para presentarse ante la prensa mundial y esbozar un resumen de los logros en su primer año de Gobierno. Lo anunció abiertamente al comenzar su intervención: "Hay pocas ocasiones como ésta de dirigirse en un solo acto a tantos profesionales de la comunicación con tan amplia representación de medios y países". Quizá por ello no hizo más que menciones genéricas a la significación de los medios de comunicación.

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Aznar corroboró su propósito al concluir su intervención afirmando: "Esta es mi crónica, historia de actualidad o noticia, como prefieran llamarle". Esta actitud de Aznar, al dedicar su discurso a enaltecer la labor del Gobierno que preside, puede explicar que no se le formulase ni una sola pregunta al concluir sus palabras, tal y como estaba previsto y como lo anunció el presidente de la sección española del IPI, José María Bergareche.Aznar se apoyó en la asamblea que el IPI celebró en Madrid en 1982 para decir que muchos de los que ahora y entonces asistieron a la reunión habrían encontrado, 15 años atrás, un país con ilusión, pero con "incertidumbres y temores", mientras que en este momento "habrán, podido conocer a la nueva generación de españoles" a la que directamente atribuyó su victoria electoral: ciudadanos "que han votado por primera vez en las pasadas elecciones generales" y, añadió, "jóvenes que con su voto han determinado el cambio de Gobierno que el conjunto de la nación demandaba".

El presidente hizo una referencia genérica al balance general de las dos últimas décadas, que, en su opinión, es "muy favorable", pero inmediatamente recordó que el año pasado el Partido Popular llegó al poder, y se mostró abiertamente complacido incluso de "la relativa facilidad y rapidez con la que fue posible encontrar los puntos de acuerdo que han permitido una sólida andadura" a su Gobierno durante los últimos meses.

A partir de ahí desgranó ante la concurrencia internacional que le escuchaba los logros de su Gobierno, mencionando aspectos tan concretos como el acuerdo sobre el sistema público' de pensiones y advirtiendo que está en curso "la más importante negociación social y civil" en la que sindicatos y empresarios intentan "la reforma del mercado laboral español con el mayor respaldo social".

Aznar se detuvo en explicar que "hace apenas un año, nuestro país no cumplía ninguna de las condiciones" que exige el Tratado de Maastricht, mientras que ahora cumple muchas de ellas, y las apuestas, dijo, "están a nuestro favor".

Mayor competencia

El último tercio de su intervención lo dedicó a una mezcla de propósitos y declaraciones de principio. Empezó por asegurar que el Gobierno desea "impulsar un mayor grado de competencia en todos los sectores de la economía, de tal suerte que la riqueza del país esté, cada vez más, en manos de particulares y no tanto del Estado. Aznar argumentó sobre "la resistencia de los poderes públicos a perder parcelas de competencia" que, dijo, genera "grandes perjuicios a la sociedad", y citó, "entre otros, la utilización clientelar de los presupuestos estatales, del privilegio legal concedido a los grupos más afectos al poder, quebrando el principio de la igualdad de oportunidades". A su juicio se trata de "una concepción arrogante de la política, una interpretación interesada del mandato electoral y una extralimitación de la legitimidad democrática que otorgan las urnas".Aznar intercaló entonces tres o cuatro párrafos que no se distribuyeron en el texto oficial de su discurso para asegurar que "este presidente que les habla tiene la gran fortuna de ser hijo de periodista y de ser nieto de periodista. Y algo se pega". En ese momento Aznar sorprendió a los asistentes confesando su "aspiración razonable" a poder ejercer el periodismo y pedir el ingreso en el IPI. Antes de concluir, Aznar adelantó ante la asamblea del IPI que "la pasión por la libertad es el empeño de mi actividad política", y formuló lo que pudo entenderse como síntesis del mensaje que pretendía lanzar: "No dejarse abatir ante ningún privilegio ni ninguna presión".

El discurso de Aznar estuvo precedido por una intervención del premio Nobel de Literatura Camilo José Cela.

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