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Entrevista:

"El trabajo en la política es un juego malabar para las mujeres"

Marjorie Margolies preside el Fondo para las Mujeres en Campaña (Women's Campaign Fund), organización estadounidense que apoya a las mujeres candidatas para el parlamento. Margolies fue la primera mujer congresista de Pensilvania entre 1992 y 1994. Antes trabajó como periodista. Y en 1995 formó parte de la delegación de EE UU en la cumbre de la ONU en Pekín. Tiene 11 hijos, cinco de ellos adoptados.Pregunta. Su organización quiere llevar a las mujeres a puestos relevantes en la política. ¿Qué dificultades encuentra la mujer en este terreno?

Respuesta. El trabajo en la política es un juego malabar para las mujeres. Todas las bolas están siempre en el aire porque tenemos hijos, una familia y tenemos ese otro gran reto político. Además debemos lograr que nos tomen en serio. Necesitamos una masa de mujeres y una voz fuerte.

P. Para esa labor, ¿no sirve un hombre?

R. Las mujeres no somos ni mejores ni peores, pero somos diferentes de los hombres, y esa diferencia tiene que estar representada. Necesitamos gente que represente a la familia.

P. ¿Todas las mujeres son iguales?

R. En Pekín me parecía que nunca tendría nada en común con algunas de las participantes en la cumbre. Pero si quitas las barreras culturales y limpias tu mente, ves que sus soluciones son tan buenas como las tuyas, aunque tú no estés del todo de acuerdo.

Mujeres en el poder

P. ¿Hay un feminismo para Occidente y otro para Oriente?R . Tenemos que ser capaces y lo suficientemente listas para tomar los conocimientos del Norte y mezclarlos con la sabiduría del Sur. En la conferencia de Pekín vi que las mujeres tenemos mucho en común y que nos podemos ayudar unas a otras. Y básicamente esto se logra con mujeres en el poder político.

P. ¿Qué sacrificios debe hacer la mujer para acceder a la política?

R. Pienso que a las mujeres les gusta agradar, satisfacer a todo el mundo y hacer feliz a la gente que la rodea. En política no puedes tomar esta actitud porque no das abasto, e incluso termina por cambiar tu ritmo de vida.

P. El primer ministro francés, Alain Juppé, ha pedido que se implanten cuotas electorales de mujeres. ¿Cree que es una buena solución?

R. El sistema de cuotas es una buena solución si se trata de un primer paso. Que te den un tercio de los esaños no es una respuesta. Debe ser un comienzo.

P. ¿Está en crisis el feminismo?

R. Creo que vamos hacia un periodo de crecimiento. No me parece que estemos en una depresión. Se piensa que hay una especie de movimiento en contra, pero no lo hay. Existe un movimiento contra lo que representa un cambio de lo establecido. La gente cree que el feminismo ya no funciona, pero sí funciona, mejor de lo que pensamos. Aún puede incomodar a algunos.

P. En Pakistán una mujer acaba de ganar el derecho a elegir con quién se va a casar. ¿Alcanzarán algún día las mujeres de países islámicos el nivel de vida de las occidentales?

R. Creo que está pasando, pero lentamente. El mundo se vuelve más pequeño. No hay manera de volver, a taponar la botella. Ves a todas esas mujeres participando en encuentros internacionales, desarrollan una especie de rebelión intelectual. Es asombroso. El cambio se ve. Es lento y en ocasiones resulta doloroso, incluso peligroso.

P. ¿Cuál puede ser el mayor enemigo del feminismo?

R. Creo que la apatía. La debemos combatir con fuerza. Tenemos que decir a las chicas de hoy en día: se parte del cambio, no de la apatía. No podemos perder terreno,y es lo que estamos haciendo.P. ¿Habrá feminismo para largo?

R. El movimiento nos ha llevado muy lejos. Pero la conversacin es una conversación continua. Es un trabajo en constante progreso, no se ha acabado.

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