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Más de 200.000 personas se manifiestan en Roma para reclamar trabajo

Una manifestación por el trabajo, pero no exactamente contra el Gobierno, porque los sindicatos no buscan por ahora el choque frontal con el Gabiente de centro izquierda, congregó ayer en Roma a más de 200.000 personas (400.000, según los organizadores y 150.000, según la policía) procedente de toda Italia.En la protesta participaron los secretarios de los principales partidos que sostienen el Gobierno, lo que, en opinión de la oposición, implica una manifiesta ambigüedad y refleja las tensiones que la política económica suscita en la mayoría parlamentaria.

Sergio Cofferati, secretario de la Confederazione Generale Italiana del Lavoratori (CGIL), el mayor de los tres principales sindicatos del país, coordinados en la manifestación de ayer como en todas sus acciones reivindicativas, afirmó que el cortejo pretendía denunciar el retraso del Gobierno en la aplicación de las medidas de promoción del empleo contenidas en el acuerdo sindical firmado el pasado mes de septiembre para garantizar la paz social.

El pasado viernes, como consecuencia de presiones procedentes sobre todo de Refundación Comunista, el Gabiente aprobó medidas como el desbloqueo de fondos para obras públicas, que, oficialmente, deberían facilitar la creación de 300.000 nuevos puestos de trabajo. El Gobierno ha acordado igualmente conceder un salario mínimo, a cambio de trabajos socialmente útiles, a los jóvenes del sur de Italia que lleven más de dos años en paro.

Paños calientes

Pero los manifestantes de ayer consideraban que estas medidas son simples paños calientes, incapaces de resolver un desempleo que afecta ya a casi el 13% de los italianos.Massimo D'Alema, secretario del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), que últimamente ha defendido la flexibilización del mercado laboral y otras medidas liberalizadoras y se ha enfrentado por ello a Cofferati, militante de su mismo partido, explicó que participaba en la manifestación porque la consideraba "un estímulo crítico para el Gobierno".

La oposición advierte, en cambio, que este gesto de D'Alema significa que el líder del PDS, uno de los componentes esenciales de la coalición gobernante, se plegará a las exigencias de los comunistas de que el plan de ajuste presupuestario que el Gobierno debería aprobar la próxima semana no afecte a las pensiones, a la sanidad ni a los sectores más débiles.

La oposición ha anunciado que, si las cuentas del Estado se arreglan con nuevos impuestos, será la derecha la que convoque a los italianos para que se manifiesten en las calles.

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