Restauradores y ceramistas

Básicamente, el objetivo de toda restauración es, o debería ser, la puesta en práctica de unas actuaciones destinadas tanto a la correcta conservación del patrimonio como a la transmisión de los lenguajes que encierra en todas y cada una de sus manifestaciones. Conservadores y restauradores estamos implicados en la defensa de estos principios, enfrentándonos con demasiada frecuencia a un desconocimiento general sobre lo que realmente es el hecho restauratorio, confundiéndolo a menudo con meras sustituciones de elementos deteriorados, creación de pastiches, reinvenciones eliminación de originales y un largo etcétera que nada o muy poco tiene que ver con lo que realmente es y debe ser la restauración.Ante esta situación, nos resulta aún más duro y penoso que cuando se da una noticia sobre una restauración, cuando menos correcta, se aborde de forma tan frívola y superflua que confunda una vez más sobre sus objetivos. Y digo esto porque en el salón Real de la Casa de la Panadería de Madrid no "circulan ahora ceramistas de batas blancas que reponen mimosamente el zócalo ( ... ) en azulejería" (EL PAÍS, 4 de marzo de 1996, Madrid, página 7) ; las personas de bata blanca a que se refiere son restauradores que lo que hacen es restaurar; es decir, recuperar los maltratados azulejos del zócalo original para evitar su degradación, revalorizando sus significados en la historia del edificio. Las intervenciones sobre los conjuntos cerámicos en nuestro país son, desgraciadamente, objeto de continuas agresiones en forma de sustitución de los originales por reproducciones, por lo qué considero fundamental que cuando se trata de una verdadera restauración, como es la presente, no se alimente la confusión.- Responsable de la restauración de la azulejería del salón Real.