Defensa aspira a que un español se turne al frente del mando de Lisboa

España aspira a que el actual mando de la OTAN en Portugal (Iberlant) sea ocupado temporalmente, siguiendo un turno rotativo, por un almirante español. "¿Habrá rotaciones en Oeiras [sede de Iberlant, en las proximidades de Lisboa]? Esto es lo que estamos defendiendo", afirmó el pasado jueves en el Senado el ministro de Defensa, Eduardo Serra. Aunque España se ha negado a que las Canarias dependan del mando portugués, considera que la importante contribución de la Armada española en el Atlántico Occidental y la inclusión del Cantábrico en su zona de competencia justifican la pretensión de que un almirante español ocupe por turno rotativo la jefatura de Iberlant.Esta pretensión tropieza con el tradicional recelo del país vecino a aceptar el mando de un militar español y con el hecho de que el cargo de jefe de Iberlant corresponde tradicionalmente a un almirante portugués, que es también el responsable de la Flota lusa. El puesto de jefe del Estado Mayor de Iberlant estaba reservado a un británico.

España acepta que el principio de rotación se aplique también al futuro mando subregional con sede en España. Fuentes militares sostienen, sin embargo, que dicha rotación debe hacerse entre los países que aporten fuerzas a dicho mando. España está dispuesta a que un militar luso acceda por turno a la jefatura del cuartel general español, pero quiere a cambio que las fuerzas aéreas y terrestres del país vecino se adscriban a dicho mando, ya que Iberlant tiene carácter naval.

Las aspiraciones españolas en la nueva estructura militar de la OTAN se sintetizan en tres puntos: un mando subregional que abarque todo el territorio español, incluidas las islas Canarias, y que sea conjunto (de los tres ejércitos) y combinado (multinacional); la supresión del mando de Gibraltar y la atribución del control del Estrecho y sus accesos al submando español; y una presencia significativa de militares españoles en la cadena de mandos aliados.