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Médicos gallegos emprenden un proyecto pionero español de trasplantes entre animales

Los primeros ensayos serán implantar hígados de cerdos transgénicos en babuinos

El complejo hospitalario Juan Canalejo de La Coruña pondrá en marcha en breve un proyecto experimental dio xenotrasplantes (trasplantes de órganos entre especies) en los que se usarán como donantes cerdos modificados genéticamente y como receptores, babuinos. La finalidad de este proyecto, pionero en España, es intentar conseguir porcentajes de éxito similares a los actuales trasplantes entre humanos. La incertidumbre científica sobre el riesgo de que transmitan enfermedades al hombre hizo al gobierno británico paralizar de momento su aplicación en el Reino Unido.

El proyecto se desarrollará mediante un convenio firmado ayer en Santiago de Compostela por el Servicio Galego de Saude, la Fundación Juan Canalejo y la empresa británica Novartis Farmacéutica. El experimento estará dotado de un área específica en el complejo hospitalario coruñés, con un establo con las máximas garantías sanitarias para acoger a cerdos y babuinos, y un quirófano adecuado. El médico Rafael Máñez será el investigador principal y la oficina de coordinación de trasplantes y el equipo de cirugía cardiaca del Juan Canalejo serán los encargados de realizar el primer xenotrasplante animal.El uso de órganos animales en seres humanos empezó a considerarse casi al mismo tiempo en que los trasplantes experimentaron su auge inicial, a principios de los años setenta. Sin embargo, salvo un par de casos excepcionales de pacientes que sobrevivieron 12 y nueve meses con riñones de babuino y chimpancé, el resto de los intentos fracasó por rechazo del órgano o por infecciones. Entre las más recientes experiencias figura el trasplante de médula de mandril en 1995 a Jeff Getty, un estadounidense enfermo terminal de sida, en el que no se consiguió que las células trasplantadas -consideradas resistentes al virus VIH-, se reprodujeran.Demanda de órganos

Las experimentaciones remitieron ante el éxito creciente de los alotrasplantes (entre humanos), que en poco tiempo pasaron de un porcentaje de supervivencia durante un año del 50% en riñones y un 25% en otros órganos, a un 80% en todos los casos.

Sin embargo, ese mismo éxito planteó un nuevo problema: el de la demanda de órganos.Según el Consejo de Europa, más de 86.000 personas están en todo el mundo en lista de es pera para recibir algún órgano. Pese a los avances en técnica quirúgica, las campañas de concienciación, la mejora de las redes de obtención de órganos o la. donación multiorgánica, ha ido cobrando peso la creencia de que las donaciones no serán suficientes para atender a la demanda. Así que algunos científicos volvieron sus miras a los xenotrasplantes.

Curiosamente, el uso de especies concordantes (más cercanas en la escala animal al hombre) se comprobó que era positivo en cuanto a que superaba más fácilmente los primeros rechazos, pero la supervivencia era muy limitada a causa de los efectos secundarios de la inmunosupresión, como la escasa capacidad de respuesta ante infecciones o la disfunción de órganos. De ahí que se apuntara la posibilidad de usar especies discordantes (alejadas de la humana en la línea evolutiva).

Según los responsables de trasplantes y de cirugía cardiaca del Juan Canalejo, José García Buitrón y Alberto Juffé, Ia elección del cerdo se hizo tanto por razones prácticas como ético-científicas.

Los cerdos han sido criados durante siglos para alimento humano, sus órganos son similares en tamaño a los nuestros y ya se utiliza tanto insulina de origen porcino para diabéticos, como válvulas cardiacas o injertos de piel en personas. Solamente faltaba resolver el problema del primer rechazo.

El pasado año, David White, de la Universidad de Cambridge, diseñó una estrategia consistente en introducir un gen humano, en el organismo de un cerdo con el fin de que el sistema inmunológico del receptor se confundiese y no activase los mecanismos de respuesta natural ante un cuerpo extraño. White consiguió, mediante varias pautas inmunosupresoras, supervivencias de entre uno y dos meses. Ese cerdo transgénico fue patentado por su empresa, Imutran. Para White, el trasplante de órganos de cerdos a seres humanos será inevitable, aunque Europa mantenga al respecto más cautela que EE UU.

Imutran, con participación de Novartis, ha desarrollado acuerdos con otros centros de investigación, con el objetivo de alargar la supervivencia de órganos trasplantados y establecer pautas de inmunosupresión equiparables a las de los actuales alotrasplantes, antes de abordar ensayos clínicos en seres humanos.

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