Bruselas propone reducir el número de comisarios y reforzar sus funciones
La Comisión Europea ha tirado la primera piedra contra la parálisis en el debate de los cambios institucionales a incluir en la reforma del Tratado de Maastricht y para posibilitar la ampliación de la Unión Europea (UE) al Este. El ejecutivo propone realizar sacrificios sobre si mismo y postula su reorganización, a cambio de consolidar sus funciones y reforzar su papel."Pretendemos tomar la iniciativa", manifestó una fuente cercana al presidente Jacques Santer, autor, junto al comisario Marcelino Oreja, de la propuesta que acaba de aprobar el colegio y a cuyo texto ha tenido acceso EL PAÍS. La Comisión pretende consolidar "su derecho de iniciativa, sus poderes ejecutivos y su función de guardiana de los Tratado" en la UE del año 2000, más "heterogénea" que la actual. A cambio, asume tres reformas:
MENOS COMISARIOS
La propuesta es limitar el número de comisarios a uno por país (hoy los cinco grandes tienen dos), combinado la eficacia (menos miembros) y la legitimidad (representación de todos). Con un tope: veinte comisarios. Cuándo, la UE se amplie hasta veinte Estados, habrá que hacer una nueva reforma. El presidente deberá recibir "la aprobación formal del Parlamento Europeo" (la última investidura fue informal) para acrecentar su legitimidad, y el colegio será "colectivamente responsable ante él", no individualmente
MENOS CARTERAS
La idea es reducir el número de carteras "a una decena o una do cena", para aumentar la "visibilidad y coherencia" de la acción del ejecutivo. El resto serían comisarios sin cartera, pero con voto. La distribución de responsabilidades la hará el colegio, a propuesta del presidente.
TRES VICEPRESIDENCIAS
La Comisión tiene hoy dos, de carácter político. Deberían tener funciones específicas, sostiene el texto: una centralizaría todas las Relaciones Exteriores (políticas y económicas), y siempre formaría parte de la troika, con el Consejo y la presidencia semestral; otra asumiría Economía y Finanzas (hoy dispersas), para asentar el papel de Bruselas en la Europa del euro; la tercera coordinaría todas las cuestiones ciudadanas (Justicia e Interior, ciudadanía, educación...).
