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Decretado el estado de emergencia en Albania

El Parlamento albanés, dominado por el Partido Democrático del presidente Sali Berisha, decretó ayer el estado de emergencia. La medida tiene como objetivo acabar con el caos. Las protestas por el fraude financiero que ha arruinado a media Albania, lejos de ceder ante la noticia de la dimisión del Gobierno, se han extendido a otras ciudades y ayer causaron al menos otros cuatro muertos. El Gobierno ha dado un ultimátum para que los insurgentes entreguen las armas antes de la una de mediodía de hoy. Después, las fuerzas del orden dispararán Sin previo aviso a todo civil armado.

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La agencia oficial ATA anunció la medida anoche, junto a las otras seis aprobadas por el Parlamento para acabar con la sublevación. La gente exige la restitución de sus ahorros evaporados en un fraude financiero. La quiebra de Vefa y otras tres sociedades que prometían plusvalías de hasta un 100% en un sistema piramidal y que ha arruinado a miles de albaneses que llegaron a vender sus propiedades, ha degenerado en una revuelta de impredecibles consecuencias.La adopción del estado de emergencia se produjo horas después de que los líderes de la protesta en Valona, ciudad sureña que el sábado vivió una noche de violencia con nueve muertos -seis de ellos policías-, amenazaran con marchar sobre Tirana si Berisha no disolvía el Parlamento, formaba un Gobierno técnico y se comprometía a no presentarse a la reelección. La respuesta de Berisha ha sido contundente: "Todas las medidas previstas por la ley serán utilizadas ( ... ) para acabar con la rebelión de los terroristas rojos".

Los manifestantes de Valona tienen armas, las que robaron de la sede de la policía secreta. Ayer, en una jornada dedicada al entierro de los tres civiles muertos, se reprodujeron los incindentes: dos personas, entre ellos una niña de ocho años, resultaron muertos. La casa de Berisha fue quemada. También hubo un muerto en Fieri y otro en Gjirokaster (ambas al sur).

La anarquía se extendió ayer a otras zonas del país. En Saranda, casi en la frontera con Grecia, la situación es explosiva. Unos 3.000 manifestantes recorrieron la ciudad sin oposición alguna enarbolando palos. En su marcha quemaron comercios y bancos, destrozaron seis vehículos policiales abandonados, asaltaron la prisión, liberando a un centenar de presos, y se hicieron con el control de las armas. Cuatro cientos fusiles de asalto Kaláshnikov están en poder de los manifestantes.

La minoría griega -20.000 personas que representan un tercio de la población- se ha parapetado en sus casas o cruzado la frontera. El Gobierno griego, que sigue alarmado por la evolución de los acontecimientos, ha pedido, con el apoyo de Italia, una reunión urgente de la LE. El diputado de la minoría griega Thoma Mico aseguró ayer que la situación es de "total anarquía". "En las calles se pueden ver muchachos de 20 años disparando al aire fusiles Kalashmikov robados". Mico advirtió del peligro de un éxodo, masivo de los griegos si no cambia la situación. El Gobierno italiano, país que tuvo intereses en la zona durante el fascismo, también expresó su preocupación.

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