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Grupos antifascistas impiden a los neonazis acercarse a la exposición de la 'Wehrmacht'

La exposición en el Ayuntamiento de Múnich sobre los crímenes de la Wchrmacht, el Ejército alemán de la II Guerra Mundial, concentró el sábado en la capital de Baviera a unos 10.000 manifestantes a favor y en contra. Unos 3.000 neonazis pudieron recorrer las calles de la ciudad gracias a una fuerte protección policial, pero no consiguieron celebrar el mitin final en la Marienplatz, a las puertas del Ayuntamiento, donde se encuentra la exposición, porque otros tantos manifestantes antifascistas les cerraron el paso.

La plaza central de la capital de Baviera se convirtió ayer por la mañana en una auténtica ágora pública, escenario de apasiona dos debates sobre temas que en Alemania se barren bajo las al fombras. El día de sol primaveral permitió que se formasen corros de discusión, donde se argumentaba a favor y en contra de la ex posición sobre la Wehrmacht y el papel que representó Alemania en la guerra. Un hombre de unos 50 años argumentaba ante un grupo de chicos: "Teníais que ver cómo quedó esta plaza en 1945". Una joven, con hierros de orto doncia en los dientes y pelo rapa do, le replicaba: "Pero, ¿quién empezó la guerra?".Dentro de la exposición, que es una simple colección de fotos con textos sobre los crímenes y el genocidio, el conde Eckard von Mandesloh, de 76 años, vestido con uniforme de comandante del Ejército federal alemán, se empeñaba en convencer a quien quisiera oírle de que los crímenes habían sido cosa de las SS y no de la Wehrmacht. Consiguió el conde ex militar irritar a más de uno, cuando se refirió a un millón y medio de alemanes que murieron presos en la Unión Soviética. Un hombre le replicó indignado: "Usted se dedica a sacar las cuentas de la lechera con los muertos". Otro hombre mayor interrumpió a Von Mandesloh: "Yo fui de las SS y les dábamos las órdenes y ustedes las cumplían porque tenían miedo". "Sí, nosotros teníamos miedo de las SS", admitió el conde.

A partir del mediodía empezaron en Múnich las manifestaciones. Primero la de los grupos antifascistas, unos mil ultraizquierdistas, a los que se unieron otros 4.000 de otra manifestación convocada por Los Verdes, sindicalistas y socialdemócratas. Los manifestantes neonazis se concentraron en una plaza, de la que salieron a primera hora de la tarde con una fuerte protección policial. A los gritos de "¡Fuera nazis!", replicaban los neonazis con "¡Aquí marcha la resistencia nacional!".

La policía se encargó de abrir paso a los neonazis, incluso con el recurso de lanzar perros pastores contra los que osaban interferir la marcha. A pesar de ello, no pudieron pasar- a la Marienplatz, que había sido tomada por completo por manifestantes antinazis, que coreaban con una frase que rima. en alemán: "¡Policías alemanes, protegen a los fascistas!".

La policía formó un cordón entre neonazis y antifascistas, volaron huevos y se cruzaron insultos hasta bien caída la tarde. Para entonces, la policia ya había detenido a 55 personas. Desde la mañana se formaron atascos en los accesos a Múnich porque la policía se ocupó en controlar los autobuses con manifestantes. En Halle, grupos antifascistas apedrearon un autobús con neonazis. En Berlín, tres chóferes se negaron a conducir autobuses con neonazis.

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